Lo que está sucediendo en los pueblos jíbaros de condorcanqui, respecto a las atribuciones no conferidas que se ha tomado un grupo de avivatos de esas etnias, es un hecho sumamente preocupante que podría originar una enorme brecha y llevarlos al borde de una guerra interna, si es que en esto no pensaron los propicia dores de esta traición Oscar Altamirano y el gobierno del Dr. Alan García.
Lo que hace Octavio Shakai me Wawa, está mereciendo la condena no solamente de los pueblos indígenas con todas sus organizaciones, también de otras organizaciones NO indígenas.
La razón es muy sencilla: con estos falsos representantes, pa ra estos pueblos; pero «legítimos» para el gobierno, todas las empresas que han que han invertido millones de dólares tanto en la compra de lotes como en la compra de intermediarios (FAENONES), ahora, tienen las puertas abiertas de par en par para sus actividades, posiblemente en algunas de ellas, estos modernos JUDAS y FELIPILLOS, les han ofrecido importantes cargos con jugosos sueldos como premio a su traición.
Pero el asunto no queda allí, los días 12,13 y 14 de esta semana ORPIAN ha convocado reunión de urgencia en NAZARETH a la que concurrirán apus y lideresas para tratar precisamente el asunto de los TRAIDORES, al que han sido invitados; pero con toda certeza, no asistirán y eso será el punto de quiebre para que los tambores de guerra agiten su retumbar por nuestras selvas.
El autor del presente, es un profundo conocedor de la realidad e idiosincrasia de estas etnias, además de poseer muy estrechos vínculos con importantes líderes de esas comunidades, cuya historia está plagada de traiciones, judas y felipillos. Una simple mirada retrospectiva para detenernos en la boca del Cenepa, comunidad de Wawain, año 1979, el cineasta alemán Werner Herzog, construyó un campamento en ese lugar, para hacer creer en su filmación que era uno de los pasos en el río «Ene» Apurímac, en los que el cauchero Fitzcarrald, según el guión de la película, que sí llegó a filmarla y exhibirla, hizo cruzar por el cerro sus pesadas embarcaciones a fuerza bruta de cientos de nativos.Eso quiso hacer en aquel lugar y los pobladores de ese entonces pusieron el grito al cielo, al enterarse que sus tierras y sembriíos iban a ser destruidos en tal filmación, que, las escenas en las que sus paisanos serían exhibidas en las pantallas cinematográficas, como los esclavos que el cauchero tenía bajo su mando. Ello motivó una airada protesta contra el cineasta alemán, que para salir con las suyas, contrató como trabajadores a los mismos pobladores de Wawain, a quienes los hacían firmar documentos como que estaban autorizándole su ingreso, ello aumentó la furia de los aguarunas de Boca de Cenepa y persiguieron a los traidores para lincharlos, felizmente se escaparon; quemaron el campamento y botaron a los técnicos en cinco botes río abajo, con sus banderitas blancas. Esto, entre otras tantas actuaciones que muestran la fiereza indómita de nuestros jíbaros a quienes este gobierno vuelve a colocarlos frente a frente en dos bandos, desde luego, son minoría los traidores contra quienes han empezado acciones preparatorias que ojalá no terminen en otro baño de sangre, que es a lo que están apuntando Oscar Altamirano Quispe y sus jefes del gobierno nacional.
El autor de la presente, deplora con mucho pesar, estas acciones antiperuanas, suplica a los promotores de tales exabruptos, se informen más sobre estas etnias, se rectifiquen en lo que están haciendo, NO MAS ODIOS ni enfrentamientos fratricidas.
Cualquier acto de violencia en la jibaría, los únicos responsables serán el presidente Alan García y el presidente regional Oscar Altamirano.
Salvo mejor parecer.
Lo que hace Octavio Shakai me Wawa, está mereciendo la condena no solamente de los pueblos indígenas con todas sus organizaciones, también de otras organizaciones NO indígenas.
La razón es muy sencilla: con estos falsos representantes, pa ra estos pueblos; pero «legítimos» para el gobierno, todas las empresas que han que han invertido millones de dólares tanto en la compra de lotes como en la compra de intermediarios (FAENONES), ahora, tienen las puertas abiertas de par en par para sus actividades, posiblemente en algunas de ellas, estos modernos JUDAS y FELIPILLOS, les han ofrecido importantes cargos con jugosos sueldos como premio a su traición.
Pero el asunto no queda allí, los días 12,13 y 14 de esta semana ORPIAN ha convocado reunión de urgencia en NAZARETH a la que concurrirán apus y lideresas para tratar precisamente el asunto de los TRAIDORES, al que han sido invitados; pero con toda certeza, no asistirán y eso será el punto de quiebre para que los tambores de guerra agiten su retumbar por nuestras selvas.
El autor del presente, es un profundo conocedor de la realidad e idiosincrasia de estas etnias, además de poseer muy estrechos vínculos con importantes líderes de esas comunidades, cuya historia está plagada de traiciones, judas y felipillos. Una simple mirada retrospectiva para detenernos en la boca del Cenepa, comunidad de Wawain, año 1979, el cineasta alemán Werner Herzog, construyó un campamento en ese lugar, para hacer creer en su filmación que era uno de los pasos en el río «Ene» Apurímac, en los que el cauchero Fitzcarrald, según el guión de la película, que sí llegó a filmarla y exhibirla, hizo cruzar por el cerro sus pesadas embarcaciones a fuerza bruta de cientos de nativos.Eso quiso hacer en aquel lugar y los pobladores de ese entonces pusieron el grito al cielo, al enterarse que sus tierras y sembriíos iban a ser destruidos en tal filmación, que, las escenas en las que sus paisanos serían exhibidas en las pantallas cinematográficas, como los esclavos que el cauchero tenía bajo su mando. Ello motivó una airada protesta contra el cineasta alemán, que para salir con las suyas, contrató como trabajadores a los mismos pobladores de Wawain, a quienes los hacían firmar documentos como que estaban autorizándole su ingreso, ello aumentó la furia de los aguarunas de Boca de Cenepa y persiguieron a los traidores para lincharlos, felizmente se escaparon; quemaron el campamento y botaron a los técnicos en cinco botes río abajo, con sus banderitas blancas. Esto, entre otras tantas actuaciones que muestran la fiereza indómita de nuestros jíbaros a quienes este gobierno vuelve a colocarlos frente a frente en dos bandos, desde luego, son minoría los traidores contra quienes han empezado acciones preparatorias que ojalá no terminen en otro baño de sangre, que es a lo que están apuntando Oscar Altamirano Quispe y sus jefes del gobierno nacional.
El autor de la presente, deplora con mucho pesar, estas acciones antiperuanas, suplica a los promotores de tales exabruptos, se informen más sobre estas etnias, se rectifiquen en lo que están haciendo, NO MAS ODIOS ni enfrentamientos fratricidas.
Cualquier acto de violencia en la jibaría, los únicos responsables serán el presidente Alan García y el presidente regional Oscar Altamirano.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
El Director.
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