Como que ayer despedíamos al 2009 y ahora lo hacemos con el 2010...
¡Qué rápido pasa el tiempo!
Es hora de hacer nuestras propias reflexiones, cada quien lo suyo y como mejor le convenga, respecto a los resultados o conclusiones a las que llegue. En cuanto al transitar de este Semanario, que se acerca a sus 32 años (3a. semana de febrero del 2011), observando por la parte positiva y siempre pensando en nuestros lectores, a los que nos debemos totalmente, no podríamos quejarnos: lo iniciamos con la descarga de un odio político de los que le tienen pánico a la verdad y cerramos el año sin haber conlcuído el capítulo ni haber volteado la página, lo que quiere decir (lqqd) que, la razón, jamás nos abandona y estamos con ella. Al enterarnos que otras voces mucho más fuertes están reforzando la nuestra en lo que a la más grande masacre de junio del 2009, se refiere.
Pero eso es lo menos, lo más trascendente ha sido la puesta en vitrinas internacionales la imagen y prestigio de este vuestro servidor, que se hizo merecedor a un reconocimiento más allá de nuestras fronteras, tanto en lo profesional, como en lo económico, algo así como que los cinco meses de carcelería han sido satisfactoriamente bien recompensados, en lo espiritual y material.
Pero como estos días no giran en torno a problemas pequeños, nos pasamos a los que deben ocupar la verdadera atención de nuestros lectores y lo decimos por los pueblos de esta parte del país, los que, lejos y muy ajenos a los «aguinaldos», regalos de fin de año, vacaciones, pavos, panetones y tantas otras que conforman la parafernalia navideña materializada y alejada cada vez más del mensaje cristiano, estos pueblos que son parte de la base ancha de nuestra pirámide social, que no tienen sindicatos, ni salen a tomar carreteras quemando llantas, porque no saben hacerse escuchar, seguirán soportando en silencio las iniquidades de todos los gobernantes que van pasando, mentira tras mentira, ofrecimiento más ofrecimiento y como se puede comprobar, seguimos tan igual que hace 500 años, en los pueblos amazónicos y un poco menos en los no amazónicos.
Los inicios del 2011, nos encuentra en una de las más expectantes campañas prose litistas, cuyos aspirantes al más preciado botín, ahora han conformado, verdaderas empresas asociadas, llamadas «alianzas», que, excepto una o tal vez dos, podrían tener sanas aspiraciones, el resto, ya se vislumbra sus propósitos y apetencias. Por lo que, otra prueba de fuego se avecina a los peruanos, que dudamos muchísimo se mantengan inmunes a los influjos del torrente propagandístico que apunta precisamente a captar a los menos informados y a los más mercenarios, aquellos que por una propina o el ofrecimiento de un puestito de trabajo, cambian cuerpo y alma.
¡Preparémonos para lo peor!
Nororientalmente:
El Director.
No hay comentarios:
Publicar un comentario