Esta información
tuvo su origen en la reunión que convocó el señor Obispo y su adjunto Muguiro
Ibarra que fue el condujo la reunión, el año pasado por este tiempo, que la
calificamos como «una emboscada»; porque sirvió para que el Alcalde Ananías
Fernández haga su catarsis y descargue sus iras contra los medios que le
cuestionan. En la parte final el citado abogado le pidió al alcalde informe
sobre la situación de su jefe de serenazgo (en ese entonces, pues hoy, lo
ascendió como Director de SC), el burgomaestre, patán y soberbio como siempre
le respondió despectivamente a Marco Espino za, diciéndole «usted como abogado,
averígüelo pues». Efectivamente, pacientemente lo indagó y ese es el documento
resultante. El aludido NO HA SIDO ABSUELTO y su caso está en apelación en la
tercera instancia tal como se demostrará en el próximo documento que está por
llegar, de modo que,
miente cuando dice que ya ha sido absuelto, pues, según Espino za
Quiroz, si es como afirma ¿Por qué no muestra la resolución que lo absuelve?.
Consultado a fuentes policiales, manifiestan que, «así sea absuelto, el antecedente
institucional queda registrado y no se levanta». Por este antecedente está
descalificado para ocupar este cargo en
la Municipalidad. Seguridad Ciudadana es
política de Estado.
Y se viene el otro capítulo

Teoría del perdón
NOTA DEL DIRECTOR.-Con el propósito de ilustrar un poquito a
nuestros lectores respecto al clamoroso pedido de «PERDON» que hizo Ananías,
hemos consignado un fragmento del filósofo madrileño Luis Alemany, para su
conocimiento y demás fines.
"El perdón y el arrepentimiento son cosas distintas. Pedir
perdón es una relación social, un convencionalismo, como el que se tropieza con
alguien en el metro y le dice 'perdone'", explica el filósofo Gustavo
Bueno. "Y perdonar tampoco es un acto necesariamente noble. Piense en eso
de 'Perdónalos porque no saben lo que hacen' de la Biblia. Es el mayor
desprecio al individuo que se pueda hacer".
¿Y el arrepentimiento? "Hay una frase de
Spinoza: 'El arrepentimiento no es virtud porque no sale de la razón. El
hombre que se arrepiente es doblemente miserable'. El arrepentimiento,
en cierto sentido, es
una negación de la verdad, es un
no considerar míos mis actos. En realidad, sólo hay un arrepentimiento
coherente que es el suicidio. Lo demás es rascarse ese ligero cosquilleo
psicológico que sentimos a veces", termina Gustavo Bueno.
Qué duro, ¿no? Sí, pero en el
fondo es la idea que aparece detrás de la reacción todos aquellos que no se dan
por desagraviados con el 'Lo siento mucho' del Rey Don Juan Carlos. Por tanto,
¿qué hacer cuando alguien nos pide perdón? ¿Con nuestra necesidad de pedir, de
vez en cuando, perdón? Simplemente ignorarlo....»
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