Pasó la fiesta ¿Qué dijo el Patrón?
Y poco a poco la fe católica se va perdiendo, el
mercantilismo nos sigue
venciendo.
Corto retroceso para recordar, hace menos de
20 años esta FERIA PÁTRONAL, era una fiesta del catolicismo, del pueblo
colorido que vestía de fiesta para la fiesta de
su santo patrón. Sacerdotes ávidos de ganar a su feligresía se desvivían
vigilando la programación, cuidando no salga del parámetro cristiano y también
pidiendo su partecita en cuanto a ganancias obtenidas.
A diferencia de estos últimos tiempos, como
se podrá constatar, al Santo Patrón lo pusieron en el patio trasero de la fiesta,
imponiendo los organizadores sus intereses comerciales mercantilistas, a tal punto
que nos da la impresión que nuestros
sacerdotes habrían abdicado de su sagrada misión.

Esta confrontación los llevó a tomar
actitudes vergonzosas, como por ejemplo bajarle la cuchilla del alumbrado
eléctrico para dejar en oscuras al campo
ferial EL LIMON y como si fuera poco, en lo mejor de sus actividades nocturnas,
un torrente de agua soltada de la parte alta por parte de un allegado del
alcalde, malograba toda la fiesta.
Varias actividades programadas no se
realizaron; sin embargo la competencia más
exitosa y de mayores «apuestas» para los ingresos estuvieron en los
conjuntos musicales que se contrataron y no para ponerle el marco musical sacro
a las actividades religiosas, sino, para
vender más no solamente entradas, también el infaltable licor que si no se
ingiere en estos días, conforme a la propaganda intensiva difundida, no es
fiesta.
UN BOTON DE
MUESTRA, ilustra con total objetividad esto que decimos:
¿Cuántas
ferias patronales van pasando y ese no tan vetusto reloj de la torre que
complementa la belleza arquitectónica de
nuestra iglesia matriz sigue malogrado?
El año pasado los organizadores no sabían
cuántos miles de soles les dejó esta feria, mientras que el teniente alcalde hablaba
de cien mil, el alcalde decía 200 mil. Este año, no ha de ser distinta la
diferencia; pero ni siquiera de esas ganancias que se obtienen EN NOMBRE DEL
SANTO PATRON, puedan compartirse una mínima parte no para reparar ese reloj, si no para
comprarle otro mejor.
Pero todo aquello podríamos dejarlo muy
aparte de no haber sido porque esta vez a esta feria dedicada al catolicismo
jaenés, se la haya mezclado y utilizado para contribuir a la campaña política
electoral de un conocido partido. Un verdadero atropello a la fe cristiana de
esta provincia y (aunque la expresión es dura) en las narices de nuestros
sacerdotes, que, como se sabe, no tardará uno de ellos en hacer lo mismo para
impulsar la campaña también de su partido político.
A este extremo hemos descendido. Aunque sea
demasiada fantasía el simple recuerdo y comparación de los tiempos aquellos
«que si el Padre Alfonso arana o Mons. Augusto Vargas estuvieran presentes»...
¡Qué vergüenza el catolicismo de mi tierra!
La escena bíblica de los mercaderes del
Templo, queda demasiado corta para
graficar tanta desviación.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIREECTOR.
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