
Un sector de la calle Santa Rosa, junto al Mercado «28 de Julio», totalmente llena de basura y para completar, borrachos como los de la fotografía en recuadro, se los pudo ver por todos los sectores.
Sin embargo, lo más condenable está en que, LAS AUTORIDADES MUNICIPALES, (porque así nos dicen los jefes policiales cuando les reclamamaos), nada han hecho para impedir que nuestras calles se conviertan en chupódromos con músicas estridentes a todo volumen que son una verdadera tortura para el vecindario, tal como constantemente se quejan los moradores que viven en la cuadra 10 de la calle Mariscal Ureta, la venta de licor dentro y fuera del chupódromo de ese lugar no tiene control ni límite.
Jovencitas en completo estado etílico protagonizando escenas reñidas con la moral y buenas costumbres en horas de la mañana (cuando se amanecen bebiendo), que niños y adultos se detienen a contemplar, los sardineles de las veredas verdaderos charcos de pestilentes orines. Es decir, el más completo abandono y desgobierno de una ciudad como si estuviera abandonada a su suerte sin que nadie haga algo por recuperar el orden y poner freno a los desenfrenos.
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