
Sólo dos
regidores salvaron la honra de Jaén, los señores Jairo Vargas y Wincler
Delgado, que exigieron primero, se muestre la prueba de la diamantina, hecho
que debió hacerse hace tiempo, de no haber sido por las movidas del consorcio y
sus cómplices en la Comuna.
Como consta
al pueblo, esta obra será recepcionado sin que se haya cumplido en con su total
ejecución, empezando por los semáforos.
El costo
de la «gran obra» sobrepasa los CUATRO MILLONES DE SOLES, pues en esta gestión le aprobaron dos
ampliaciones de 300 mil cada una y en esta gestión también se produjo el COJUDEO,
haciendo que se convoque a representantes de instituciones para dizqué acordar la alegoría que llevaría esa
representación fálica que le llaman obelisco y nadie sabe porqué ni para qué se
hizo. Tales reuniones de nada sirvieron, fueron una burla, pese a todo, el
jueves último el señor alcalde dijo que «de todas maneras» se la recepcionará.
Así de simple y así de convenidos
nuestros regidores que creíamos habían sido elegidos para velar por los interés
del pueblo y como estamos viendo,
están muy lejos de esa responsabilidad.
De todo lo cual dejamos expresa constancia.
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