En la actual campaña electoral, no solamente los murales, afiches y demás medios de propaganda que usan los candidatos incluyendo los virtuales o digitales; hay factores muy nocivos para lo que llamamos DEMOCRACIA. Nos referimos a quién o quiénes los manejan o conducen.
Periodistas, con título o sin título, más por necesidad que por vocación hacen también su campaña aparte, vendiendo su pluma, en este caso, su computadora y su alma, a quien mejor le paga y Ud. como lector adicto de medios, va a encontrar enormes distancias en opiniones a favor o en contra, defendiendo o atacando, a tal punto que en lugar de generar «corrientes» de opinión, generan enormes torrentes de confusión. Esto, principalmente al lector no preparado.
Tal situación nada tendría que ver y dejaría de ser relevante, si en nuestro país, todos o una gran mayoría tendrían acceso a todos los medios, físicos y virtuales para estar «mejor informado»; pero lamentablemente, una gran mayoría no puede, no lo hace o simplemente, no tiene tiempo para informarse y termina por deformarse, dando crédito al comentario callejero, al chisme del vecindario y como en todos los tiempos, terminamos eligiendo a nuestros verdugos. «Hecha la ley hecha la trampa»; porque si a todo esto le agregamos la obligatoriedad que nos imponen (multa) para ir a votar. Estamos jodidos anticipadamente.
Salvo mejor parecer...
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