En la edición anterior, en una de las columnas DE OPINIÓN, dábamos cuenta del aumento y disminución del caudal de nuestros ríos y quebradas, especialmente la de Jaén, que comparada con dos décadas atrás, se nota abiertamente el desequilibrio ambiental en que nos encontramos y que «las aguas que antes bajaban a caudales, hoy se han convertido en leche
que las bajan por bidones».
Precisamente, en una confluencia universal de nuestra opinión, a comienzos de la semana que fenece, el diario ESPECTADOR de Colombia, publicó la información que a continuación trasladamos:
Precisamente, lo que sucede en Colombia, está pasando aquí también y muchos países cuyos gobiernos no han planificado políticas preventivas para preservación del medio ambiente. Ustedes pueden ver en nuestros alrededores de cómo se incrementa la ganadería y de cómo saboreamos los quesos y quesillos que rinden más que el café, etc.; pero nadie podrá ver que esos bosques convertidos en invernas, desérticas, nos están trayendo la ruina en sequías prolongadas, con desestabilización total de nuestro medio ambiente. Tenemos un Ministerio de Agricultura con enorme edificio de muchos pisos en Lima, con miles de funcionarios en todo el país. Habría que preguntarse ¿Qué están haciendo?...
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