-Si tiemblas de indignación ante toda injusticia, entonces eres mi compañero.-Ernesto «CHE» Guevara.
Iniciamos con un pensamiento célebre del revolucionario argentino Ernesto Guevara de La Serna, seguida del rostro repulsivo del JUEZ SUPREMO CÉSAR HINOSTROZA PARIACHI, matizando con una caricatura muy elocuente para entender mejor de cómo se ha prostituido la justicia peruana, que precisamente en estos momentos, mientras aesbozamos esta nota editorial, sigue sonando y rodando en todos los medios de comunicación el vergonzoso escándalo que está protagonizando este supremo magistrado, quien sin duda alguna tiene por costumbre administrar sentencias vía celular, cuando IDL saca a luz una conversación de este descarado, que pregunta cuantos años tiene la víctima y si cuánto quiere que le pongan a su acosador o violador. Valiente la «cuadrada» que le dio la periodista Juliana Oxenford dejándolo sin piso, pero «hecha la ley, hecha la trampa», con cinismo incomparable, se siente víctima este juez delincuente y anuncia que «tomará acciones»; porque le violaron su privacidad y quebraron la Constitución Política, etc.
Simple conclusión:
Si así actúan en los más altos niveles del Poder Judicial de nuestro país, en vano denunciamos, criticamos y nos quejamos de los jueces DE POR ACÁ y si los jueces están como los vemos ¿Qué podemos esperar de esta podrida estructura judicial?.
La respuesta la encuentra pasando las puertas que separan las cárceles de la ciudad. Allí están, los más tontos, los analfabetos, lo más pobres, etc. El resto, si son políticos que robaron bastante como Gilmer Ferenández Rojas u otros, éllos están libres buscando acomodarse otra vez en el poder desde donde se compra todo, incluído jueces y fiscales.
Salvo mejor parecer...
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