Hay particularidades que son difíciles de entender en la actuación de los políticos o politiqueros.
Por ejemplo, en nuestro país, los «revolucionarios» (entre comillas), alientan las movilizaciones para combatir la corrupción, para sacar magistrados o defenderlos, etc. pero estos mismos «revolucionarios» en el papel, al pueblo venezolano le niegan ese derecho y defienden a quien los está oprimiendo, bajo la fachada de un regimen DE IZQUIERDA, que cuenta con inexplicables respaldos como el del flamante presidente de México o el de Rusia.
Las estrecheces y miserias en ese país son palpables, indiscutibles; como que la permanencia fraudulenta de su rudo gobernante Nicolás Maduro es a todas luces insoportable: son trece los muertos en estas últimas revueltas, quema de una de las estatuas más grandes erigidas al difundo Hugo Chávez, levantamientos de militares y policías, etc. Finalmente la proclamación del reemplazante del dictador gobernante el ciudadano JUAN GUAIDÓ, que ya viene siendo reconocido por varios paises vecinos y más allá de latinoamérica.
Parte de esta crisis nos está golpeando fuertemente a todos los peruanos con la llegada de miles de de emigrantes de ese país, que no salen seleccionados entre los mejores, si no, como puedan o los que puedan. Pocas son las ciudades de Perú en las que no se vea los llamados «VENECOS» O «VENECAS», que son explotados por dueños de negocios desplazando a los nuestros; pero mayormente los centros nocturnos y prostíbulos también han incrementado sus negocios, como que muchos hechos de sangre son cometidos por los «refugiados» venezolanos.
Es decir, tenemos ante nuestros ojos las muestras de una descomposición social y política indiscutible en ese país; pero la miopía, el fanatismo o la ignorancia que casi son lo mismo la vemos reflejar en opinólogos o líderes que pretenden seguir justificando lo injustificable.
Nororientalmente: EL DIRECTOR.
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