«día» del campesino
El lunes 24 por la tarde fui a
saludar a Shumba a uno de mis amiguitos
campesinos y la pregunta de rigor al hallarlo en su modesta vivienda fue: ¿Y
qué tal tu día? «Como la hueva, no pasa nada»...
Efectivamente, sus expresiones son la marca
del termómetro social que se palpa aquí y en todo el país. Por supuesto, no
vamos a exigir ni reclamarle a este gobierno, revierta de inmediato (dos años
ya) esta situación de postración casi consuetudinaria de los que con su
esfuerzo y sudor nos alimentan. Mirando a nuestro cercano alrededor, no se
avizora ninguna esperanza de superación de esta postración, por el contrario,
todo indica que el fango cada vez enloda más a la gente del campo que ya no
encuentra espacio en los cerros, los arenales y las lomas que siguen siendo
invadidas por los que nada tienen que ganar ni perder en las áreas rurales y
prefieren sumarse a las invasiones para
seguir con sus carretas y sus parrillas vendiendo más comida chatarra,
más informalidad, más acercamiento al delito como sicarios, como asaltantes,
como taxistas o mototaxistas. Esto, por
nuestras zonas rurales, en la Costa, como consta a todos, los extensos
desiertos están convirtiéndose en enormes latifundios, decenas de buses
chatarra, se movilizan para reclutarlos de las ciudades para mano de obra, como
jornaleros, tan igual como hace 200 años, con patrones reciclados, caporales o
capataces, las vivanderas en las casas-hacienda, las borracheras después «del
pago». Socialmente en lo único que se ha cambiado e
s que antes se ponían sombrero, ahora se ponen gorros.

Nororientalmente: EL DIRECTOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario