Desde una pequeña loma del largo recorrido en nuestra historia equivalente a más de 500 años desde que una pandilla de aventureros europeos llegaron a una isla de Centro América y creyeron haber descubierto «otro mundo», estoy viendo que, desde aquel tiempo hasta hoy, con pesada lentitud los pueblos sojuzgados por estos delincuentes, han empezado a levantar la cabeza inclinada por la humillación y los vejámenes sin fin que sufrieron.
Estos facinerosos, nos trajeron dizque su «cultura» y aplastaron la existente, tan antigua como la de ellos y con la cruz y un cura como esbirro, la espada y un asaltante disfrazado de militar, nos sometieron a sangre y fuego. Nos obligaron a profesar su religión a rezar sin saber porqué, a quién ni para qué. Nos prohibieron nuestra música, anularon nuestras costumbres, nos hicieron creer que solamente los blancos son los mejores y nos metieron en el cerebro el apodo de «INDIOS», en su ignorancia de haber descubierto La India con una nueva ruta.
Gobernantes descendientes de estos impostores nos obligaron a rendir pleitesía al día en que según dicen, nos «descubrieron» los descubridores y a besar la mano y látigo de nuestros verdugos.
En el gobierno militar del único descendiente CHOLO peruano Juan Velasco Alvarado se modificó esta afrenta y se postuló a que se escriba una nueva historia del Perú; porque la llamada oficial fue escrita por los descendientes de los que nos asaltaron. Fuerzas poderosas nos pusieron trabas y nos siguen poniendo para que esa nueva historia no se escriba.
Por eso a esta fecha de ignominia, de luto eterno y de vergüenza para los legítimos posesionarios de la ABYA YALA (América) lo estamos llamando «DÍA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS o DÍA DE LA RESISTENCIA INDÍGENA...
No permitamos que nos sigan avasallando.
Salvo mejor parecer...
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