Para conducir un medio de prensa como éste, aparte, la experiencia profesional obligadamente va unida al olfato y desde el primer contacto personal que el autor de la presente tuvo en el penal «San Humberto» Bagua Grande, recluído allí por la represión aprista cuando fuimos los únicos de la prensa escrita que defendimos a los indígenas, este sujeto junto a sus principales colaboradores me visitó en dicho penal cuando faltaban pocos días para mi libertad y no fue por amistad, nunca fuimos amigos, fue para intentar sobornarme. Primera evidencia que me ponía ante un farsante y desde allí, hubo que afinar más el olfato. Una vez fuera, publicamos la discordia que tuvo con uno de sus candidatos a regidor que le dijo «PERFECTO SINVERGUENZA». Se enojó mucho y nos enjuició pidiendo 200 mil de reparación. Hasta que sus propias acciones se encargaron de dibujar su conducta deshonesta y delictiva: en los primeros 100 días de su gestión le puso pavimento a la calle que va a su local comercial que construyó y le puso «Jaén Plaza»; pero su picardía lo llevó más allá, usando su cargo de alcalde se lo endozó a la UNJ (con coimas por debajo) y su inversión empezó a producirle dinero a chorros. Sus inmobiliarias en negocios de terrenos urbanos se incrementaron y en esa ambición de enriquecimiento desmedido, llegó a vender lo que le perteneció al pueblo, sin importarle nada.
Los diezmos alcanzaron enorme auge. Hasta para construir rompemuelles: robos descarados disfrazados de «clínica municipal», carreteras fantasmas; licencias para lotizaciones; etc., comprando periodistas mermeleros (tenemos documentos contables que el asqueroso mercenario del ESPECTADOR JUAN VASQUEZ MALCA cobró 220 mil soles por su trabajo como ramera del periodismo). Nadie le ponía un dedo, excepto ¡NOR ORIENTE!, que junto con «PALABRA VIVA» de Walter Altamirano organizamos el COLECTIVO CIUDADANO, presidido por el abogado jaenés MARCO LUIS ESPINOZA, que luchó contra todo obstáculo hasta que el JNE lo destituyó.
Como todo farsante, fariseo, blasfemo, usó la BIBLIA, junto a su otro compinche que también se llama Ananías Jairo Vargas y para completar la pandilla jalaron al otro delincuente Wincler Delgado y allí los tienen ahora prófugos para vergüenza de los jaeneses.
Nororientalmente: EL DIRECTOR.
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