No es tan fácil admitirlo; sin embargo las PRUEBAS gritan y demuestran que para muchos corrup tos y delincuentes, el mejor refugio es la política, entran por cualquier rendija, botan dinero a raudales para comprar espacios en algunos partidos políticos y una vez que logran trepar como congresistas, gobernantes regionales o alcaldes, la cosa es fácil para driblear la justicia.
El más indiscutible ejemplo está en el congresista HECTOR BECERRIL, Joaquín Ramírez; seguido de muchos otros. Esto en el Congreso, desde donde quedó demostrado también de cómo se maneja a los más altos magistrados y se logra la impunidad; pero no solamente ÉSOS. Concretamente en Jaén, no lo podíamos creer cuando nos enteramos que GILMER FERNANDEZ anunciaba su candidatura para retornar a la alcaldía de donde lo botaron por ladrón; pero no para gobernar, si no, para usar el poder político y salvarse de los procesos judiciales que tiene. Tan igual como el de CONDORCANQUI, HECTOR REQUEJO LONGINOTE, comprometido penalmente en un robo millonario. Ya estuvo sentenciado y condenado por ladrón y esta vez, con esos millones robados compró conciencias de ingenuos originarios. Se anuncia que alcanzó mayoría electoral; pero también se está difundiendo desde la semana pasada el escandaloso caso de su ORDEN DE CAPTURA junto a 14 integrantes de la banda delincuencial que integra en Amazonas. Un escándalo de enormes proporciones que ensucia una vez más la política convertida por estos delincuentes como el refugio más apropiado para salvarse de la cárcel y seguir robándole a los pueblos.
Esto, sólo sucede en Perú. En el oriente, los fusilan o los ahorcan.
Salvo mejor parecer...
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