No es que la construcción de lo que fue la nueva catedral haya frustrado nuestra identidad, se trata de un fenómeno social que es el resultado de los movimientos migratorios, cuando empiezan a llegar a esta provincia diversos emigrantes principalmente de las provincias vecinas, Cutervo, Chota y con la llegada de la carretera, piuranos, lambayecanos y otros de más allá.
Con mayor frecuencia a partir de la década del 60 y aquí viene la fusión o «licuado» de usos y costumbres, empiezan a formarse las llamadas «colonias» de chotanos, de cutervinos, etc. y cada grupo social vino con sus fiestas, la Cruz de Motupe, el Cautivito de Ayabaca, la fiesta de San Juan, de la virgencita, etc, etc. De las pocas y conocidas familias que poblaban el centro de la ciudad, se fueron perdiendo sus referencias, surgió Morro Solar, Pueblo Nuevo y en adelante numerosos barrios o sectores a tal punto que JAEN-CENTRO, fue quedando incómodo para vivir y dio pase a las tiendas comerciales. Es decir, todo un laberinto de combinaciones en usos y costumbres, con el surgimiento de numerosos centros educativos de secundaria, de superior, etc.
La identidad de pueblo se perdió en esta maraña social, cada quien pellizca su pasado como quiere o como lo entienda, ningún gobernante, de los 31 que tuvimos se preocupó en otorgarle su PARTIDA DE NACIMIENTO OFICIAL a la HISTORIA de esta provincia, por eso los festejos por sus 198 años del primer grito libertario, se programan como una fiesta común cualquiera, un poco más y convertimos a estas festividades 100% cívicas en fiesta de carnavales y algo más, puro bailes y cantinas.
Salvo mejor parecer....
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