Nunca disfruté tanto de un partido de fútbol como el domingo último, sin ir al Maracaná, desde mi butaca y mi balcón me gocé de las mejores escenas que con mucho gusto voy a compartirles.
Amantes de este deporte de las mayorías, hipnotizados en las pantallas de sus televisores, puestos sus polos blanquirrojos con el número de sus ídolos favoritos, no parpadeaban casi hipnotizados viendo cada mínimo detalle, con atención en cada movimiento de los 22 peloteros en el estadio con el agregado que los árbitros también eran chequeados por mis amigos televidentes futboleros.
Lo mejor del partido empezó cuando desde sus asientos reemplazaban a Gareca después del primer gol, le daban indicaciones a los seleccionados de la cancha:
-¡Para qué lo has puesto al Orejas? ¡Cambialo!...
-¡Paolo no dejes solo a Advíncula!...¡Ya patea!...
-¡Defensas no dejen solo a Gallece!!!...
-¡Abre Yoshimar ...No amarres la pelota!... ¡Suéltala!!!
-¡Suelta la pelota Trauco..no la cag...!
-¡Ta´ya jodieron con ese otro gol!...
-¡Que Cueva no patee el corner!!!
-¡Baja a la defensa ..abreeee...!
-¡Que Paolo no patee el penal!!!...
(Y cuando metió el gol Paolo, el grito unánime del vecindario fue ensordecedor, todos salieron a la calle gritando el gol con las camisetas avivando y en el colmo de la emoción una vecina salió con su calzón en alto avivando a la selección, en contagiante delirio)
Demás está describir el silencio y paralización del tránsito vehicular que ojalá todos los días hayan esos encuentros deportivos.
Finalmente vino el silenciamiento total....muchos se habían comido casi todas las uñas de los dedos de las manos y si no se mordieron las uñas de los pies, es porque no alcanzaron, pero pudimos ver reflejarse el sufrimiento y angustia por la derrota de los tres a UNO. No obstante, para muchos, era un triunfo ocupar el segundo puesto «después 44 años» (premio consuelo) y que viva la selección, algunas cantinas se repletaron y las cervezas faltaron....FÚTBOL ES FÚTBOL Y AQUEL QUE DIGA QUE NO...ya saben lo que les viene.
Salvo mejor parecer: Nororientalmente EL DIRECTOR
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