Centenares de vidas se han perdido entre paises vecinos, concretamente: Perú-Ecuador en una lucha fratricida por la disputa de territorios, un kilómetro acá, otro más allá, 50 al norte, otro tanto al sur, etc. Un poco más y le ponen una muralla como señal demarcatoria territorial.
El año 1982, fui invitado como Director del Colegio Bracamoros a participar en un aniversario del Instituto Superior de Zumba (Zamora-Chinchipe Ecuador). Aún estaban pendientes los resquemores y celos por problemas territoriales. Allá en Zumba, en ceremonias y reuniones de confraternidad nos abrazámos profesores peruanos y ecuatorianos y salía la reflexión siguiente: los que pelean y se tienen odio son los gobernantes que defienden territorios y riquezas pero no para los gobernados y allí estaba PAKISHA, EL TAMBO, Kumpanam, etc. en la cresta fronteriza de nuestro mapa; pero los que murieron no son ellos.
Pudieron colocar hitos y medidas para demarcar territorios; pero lo que no han podido colocar histos, cercos ni fronteras es a las razas o pueblos fronterizos que son una sola familia, una sola etnia, etc.
Por ejemplo, en un viaje por Zamora-Ecuador a Pakisha, encontré alli aborígenes y les hablé en idioma awajun y sonrientes me respondieron, con la aclaración que no eran awajun, si no achuars.
Esta semana y el mes que se avecina se están concretizando ceremonias de integración total entre pueblos fronterizos de Perú y Ecuador. Esto en el pueblo de SOLEDAD-RIO SANTIAGO muy cerca de la frontera norte, provincia de Cuenca-Ecuador. Aqui aparecen los dos APUS de Perú y Ecuador, tan iguales en los que no hay fronteras, hitos ni cercos que los separe. En noviembre próximo otra gran ceremonia binacional a la que ha sido invitado el Director de este semanario. Entonces ¿Para qué hitos y demarcaciones? A los pueblos jamás se los podrá separar.
Nororientalmente...
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