Se veía venir, la opinión ciudadana desbordaba pidiéndolo en todas formas, la ignorancia y petulancia de los congresistas les puso coraza y venda en los ojos para no percatarse del rechazo generalizado de la población. Hubieron muchas dudas de la firmeza del presidente Vizcarra; pero pudimos darnos cuenta que quien lleva el timón sabe cuándo driblear los baches y los barrancos, hasta que les llegó lo que todos celebran ahora.
Cierre del Congreso que se repite después de 27 años con una enorme diferencia: Fujimori puso tanques y tanquetas para cerrarlo y ahora M. Vizcarra puso al pueblo para expulsarlos. Fujimori quería más facultades para gobernar a su manera. Vizcarra pide que se limpie la corrupción, señales de buenas intenciones para que la imagen putrefacta de nuestro país mejore.
Y sin perder de vista que la inmediata LIMPIEZA debe darse también en el PODER JUDICIAL, en el que existe UN ENGRANAJE sólido de artimañas para colocar jueces y fiscales, donde la justicia tiene precio abierto o encubierto, motivando la pérdida de la fe en nuestros jueces, desde luego con meritoria excepciones; pero nos referimos a la generalidad, muchos también gozan de inmunidad.
Ojalá todo esto cambie. Salvo mejor parecer.
Nororientalmente EL DIRECTOR.
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