Las lluvias torrenciales que cayeron el miércoles último por la tarde no fueron las usuales, pocas veces los cielos se oscurecieron en toda la parte nororiental del país, lo espectacular se vio en las intensas descargas de rayos, truenos y relámpagos, seguido de fuertes ventiscas que pusieron a prueba las estructurs de los techos de calamina, muchos de los cuales fueron destruídos, afortunadamente no hubieron víctimas humanas que lamentar, pero el susto en especial para quienes no son de esta zona, fue enorme. Las calles de las ciudades se convirtieron en rios y riachuelos.
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