Si bien es cierto que doña LUCIANA LEON ROMERO no vendió (?) su «cosita», su sexo a cambio de dinero; pero vendió su conciencia, mercadeó su ética, usando su apariencia primero para postular al congreso y con mecanismos nada limpios de su partido político también nada limpio, permanecer en el congreso, pero no para legislar, si no para enriquecerse. Desde luego que esta mujerzuela, es el resultado perfecto de la formación que recibió de su padre don ROMULO LEON ALEGRIA famoso por estar encarcelado y no por honrado.
«Lucianita», como asi la llaman sus fans, si usted la escuchaba con su vocesita muy femenina, sus poses refinadas de una dama cortesana, gracias al apoyo del actual alcalde del distrito La Victoria - Lima George Forsyht, se la pudo descubrir en la plenitud de su intimidad más allá de su vagina; porque hay prostitutas que la sudan, se avergüenzan para cobrar 20, 50 ó cien soles; pero esta mujer, carente de todo indicio moral, se prestó para engañarle más a los peruanos. Decimos más, porque también formó parte de los grupos de las componendas para aprobar proyectos beneficiando a los de su calaña y así como ésta, muchas otras que felizmente ya están fuera del Congreso, no fueron seleccionadas por sus cualidades éticas, si no por sus calidades físicas, facilonas, regalonas, que se convirtieron en las otras rameras de la sucia política peruana.
Ojalá que esto sirva de valioso antecedente para elegir a los que se nos vienen.
Salvo mejor parecer,
EL DIRECTOR.
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