
Posee una selecta plana con una red de
periodistas, analistas y comentaristas que durante las 24 horas le toman el
pulso a los acontecimientos que se producen en el planeta. Cuba no existe en
sus mapas, Venezuela, solamente para justificar los brotes del antichavismo,
Ecuador, después del asilo a Julián Assange en la embajada londinense, de igual
forma ha pasado a la nevera.
Pero lo que por ahora nos interesa es cierta campañita(?)
que desde hace algunos días la vienen ejecutando y muy en especial en la hora
del analista Ismael Cala. Por supuesto, dejamos a salvo el subrayado, pues a
este noticiero tienen acceso determinados sectores, en especial quienes estamos
inmersos en este quehacer ORIENTAR A LA OPINION PÚBLICA.
Y lo que nos inquieta es el estribillo que
Ismael Cala viene golpeando constantemente con un título muy sugestivo: « ¿QUIENES
SOMOS NOSOTROS PARA CRITICAR?» y aquí está el meollo.
Si lo dice para quienes ejercemos libremente
esta profesión, lo pasaríamos por muy en alto y no nos daríamos por aludidos;
pero si lo dice para frenar las denuncias y críticas contra el gobierno
norteamericano, cuando en estos días y desde hace tiempo se arma para
atropellar a quienes no comparten sus intereses o a quienes le están quitando
sus mercados y sus colonias, allí la situación ya sale del ruedo común de las
concepciones éticas, pues nadie admitiría permanecer en silencio con lo que el
Imperio del Norte está haciendo y nos está llevando a una conflagración mundial
que sería la última del planeta y si nuestros gobernantes están obedeciendo la
prédica de permanecer en silencio, es problema de ellos.
Por nuestra parte, seremos reiterativos en el
sentido que, si hemos asumido un compromiso, primero con un juramento solemne
al momento de recibir un título profesional y después, el compromiso de
conducir este medio de prensa, con reiteradas promesas ante Dios y nuestros
lectores en el sentido de NO DEFRAUDARLOS JAMAS, quienes pretendan bajarnos las
tintas o cambiarnos el estilo, están muy equivocados y es que de este
estribillo o monserga el que «¿porqué me criticas si yo nada te hice?», como
suelen decirnos en sus cartas notariales quienes quieren que cambiemos nuestro
tono, simplemente están fuera de todo contexto y muy lejos del conocimiento
deontológico o hermenéutico, por lo que habría que tratar de comprenderlos.
Un simple ejercicio de imaginación popular nos
puede llevar a los siguientes conceptos:
1.- ¿Qué
habría sucedido si los que conducimos este semanario u otros medios de prensa
hablada, hubiésemos guardado silencio frente a tanto abuso y atropello de
tantos ignorantes que muchas veces llegan a ser autoridades?
2.-El
Director de este vocero, se formó y se forjó en estas provincias (San Ignacio,
Jaén, Bagua, Utcubamba, Condorcanqui, etc.) como docente, tiene miles de
ex-alumnos que de algún modo mantienen ciertos vínculos amicales y otros, muy
cercanos amigos en todo este ámbito; lamentablemente, no todos los seres
humanos, somos perfectos y en varios casos
nos hemos puesto frente a ellos cada vez que vinieron a denunciarlos,
igual con los que no fueron alumnos del director, etc., etc. Si le haríamos
caso a la propaganda norteamericana, este semanario u otros voceros,
sencillamente, no tendrían razón para seguir existiendo.
En suma: quienes pasamos por el tamiz de esta
profesión, tenemos entendido el tradicional concepto: que ha de ser como el
tábano en el lomo del caballo, molestando siempre para que no se duerma.
Acercarse a los gobernantes de turno? Es una forma de claudicar. Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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