«Baguazo»: de Herodes a Pilatos

Hace unos meses, la Sala Penal Transitoria de
Bagua que preside el magistrado Gonzalo Zabarburú, contra todo pronóstico,
corrieron traslado de este caso para que los 53 nativos implicados para los que
el representante del Ministerio Público está pidiendo la pena de cadena
perpetua, sea visto en la Sala Penal Nacional de la Corte Suprema de la
República; tal determinación generó una ola de comentarios y protestas hasta
que de dicha Sala, nuevamente regresaron el caso para que sea visto por la Sala
antes mencionada, en la ciudad de Bagua, mediante Resolución Administrativa Nº
257-2010-CEP-PJ emitida por el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial; pero como
si se tratara de una verdadera papa caliente, la nueva Sala de Bagua, esta vez
recompuesta con los magistrados
Francisco Delgado Paredes, Ernesto Bernabé Orellano y el mismo
presidente el Dr. Gonzalo Zabarburú, nuevamente resuelven regresarlo a Lima,
aduciendo que no es competencia de ellos juzgar en Bagua a dichos procesados
tanto los implicados en la Curva del Diablo, como los de la Estación 6
(asesinato de policías), se hizo tabla rasa de lo expresado en nuestra Carta
Magna Art. 139, inc. 16 mediante el cual, regula el acceso GRATUITO a la
justicia, cuando se trata de personas de escasos recursos económicos, con en
este caso, los 53 indígenas acusados.
Justicia y juzgadores, acusados y acusadores,
nos ponen en una situación de total confusión y
más que eso, el desánimo y la desesperanza, el desconcierto y la pérdida
de fe en un Poder de nuestra Democracia que suponíamos debe ser el eje
fundamental que regule este sistema al
que tanto se reclama y proclama que la
paz, sea producto de esa administración de justicia clara y humana; todo ello,
aquí empieza a nublarse y empezamos a ponernos frente a un muro como el de
Berlín o la Muralla China ante los que vemos estrellarse nuestras concepciones
acerca del CRITERIO DEL JUEZ, su autonomía, su imparcialidad, etc., todo nos
ubica en el mismo escenario de hace más de dos mil años cuando la justicia
romana tenía en sus manos a Cristo.
Pero más allá de estos argumentos, las
piruetas que estamos viendo, que sin duda alguna, en esta parte del país
constituye CASO UNICO en toda la historia, no podríamos quedarnos con ese
chupetín entretenidos a la espera del vencimiento de términos procesales,
instancias y resoluciones de las que sobran todos los días en el Poder
Judicial. Aquí, para cualquiera que conozca de cerca este caso, tales
intríngulis tienen una sola explicación, a nuestro modesto criterio y tal
explicación se ubica en los antecedentes mediatos de los principales
protagonistas, el ex presidente Alan García, sus ex ministros y sus generales
PNP de lo que ya se ha dicho bastante.
Juristas, analíticos y críticos, han puesto
el reflector en el verdadero foco de los hechos, empezando por parte de los
mismos integrantes de la Comisión
llamada «En Minoría», que se encargó de investigar estos hechos, el
ex-congresista y periodista Güido Lombardi, la religiosa Maricarmen Gómez, el
nativo Jesús Manacés, lo han señalado hasta el cansancio y han demostrado con
pesados argumentos, esto que se quiere
ocultar con movidas burocráticas de magistrados que aún no se han liberado de
las presiones políticas o que simplemente, pesa más para ellos, el sueldo que
perciben que los valores que deben guiarlos. Siendo así nuestra Justicia,
sinceramente, preferiría a ser un verdugo sin capucha, antes que un Juez con toga.
Este es el Poder Judicial que nos ampara y del que casi nada bueno podemos
esperar, si la paz es hija de la justicia que aspiramos.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario