¿Cuántos mensajes le dicen al pueblo peruano, desde que el Grl. José de San Martín nos engañó que a partir de ese momento «el Perú es libre e independiente»?
Ya hemos perdido la cuenta. Si recordamos los mensajes de Alan García, por ejemplo, los de Toledo u Ollanta y peor el de PPK antecesor de Vizcarra, tendríamos que tomar a estos mensajes como de quienes vienen y a dónde van.
Claro, vivimos de esperanzas que es lo último que se pierde, aunque los peruanos ya casi lo tenemos perdido TODO, empezando por el pilar fundamental de esto que le llaman democracia: LA JUSTICIA.
El 28, abrigábamos una remota esperanza de escuchar un mensaje realmente alentador, en respuesta al clamor generalizado de la nación, como por ejemplo, CIERRE DEL CONGRESO que es el nido donde se concentran las ratas; pero con un presidente advendizo, pusilánime, tal decisión estuvo muy remota y optó por lo más suave y aterciopelado: un referéndum para consultarle al pueblo lo que no es necesario; porque es vox populi, generalizada la repulsa contra los sinvergüenzas que se avejentan calentando curul, caso Mauricio Mulder, Jorge del Castillo, Cecilia Chacón, la semi analfabeta Leyla Chiguán, etc.; ¿Les tuvo miedo a los mafiosos que manejan al país? ¿A los matones de Becerril?
La gente esperaba ESO, un mensaje que devuelva la credibilidad y no una PARACETAMOL de esas que te dan para hacerte creer que vas a mejorar. El resto de la perorata, hay que tomarla como un palabreo de políticos, que se lo escribieron para que lo lea; porque cuando se expresan VERDADES no se necesita papel escrito y eso fue lo que hizo este pusilánime gobernante de Perú.
Por lo demás, espere unos días y empezará a sentir los efectos del tan comentado «mensaje a la nación».
Salvo mejor parecer...
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