A pocos meses de cumplir CUATRO DÉCADAS en el trajinar conduciendo este semanario, nos vemos obligados a intentar algunas expliaciones.
Un medio de prensa escrita, como el nuestro, puede tener muchos lectores; pero quien o quienes lo conducen o dirigen, lamentablemente sus amigos y hasta familiares, no están en la proporción de sus lectores.
Este problemita lo afrontamos desde la semana siguiente de nuestra primera edición, hace casi 40 años y nos pareció muy lamentable, a la vez preocupante, pues no hay forma de explicar o que nos entiendan lo que significa conducir un medio de prensa como este semanario. Por lo que consideramos necesario otra vez ampliar un poquito tales explicaciones, recurriendo un poco a la didáctica: conducir un medio de prensa es como si se conduciera un negocio, un vehículo de pasajereos, bodega, farmacia, ferretería, etc. y para vender, Ud. no va a estar mirándole la cara al cliente. En este semanario, siempre hemos dicho, las páginas están abiertas para todo aquel o aquella que quiera expresar, denunciar, publicar lo que crea conveniente, les asiste legítimo derecho que nosotros no podríamos recortar; eso sí, BAJO LAS FORMALIDADES DE LEY. Por tanto: no se le puede negar tal derecho legítimo a quien o quienes acuden a nuestro vocero para efectuar sus denuncias o publicaciones. De haberlo hecho, habríamos caído en abierta contradicción contra elementales principios y derechos y hace tiempo este semanario no sería lo que ES.
Por lo que, deseamos que nuestros lectores y amigos entiendan nuestra labor y la función rectora que cumplimos desde estas páginas. Ya pasamos las 66 querellas, precisamente en parte por este motivo, que de ninguna manera nos ha doblegado para continuar con esta línea.
Salvo mejor parecer,
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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