Muchos países de latinoamérica nos identificamos con estas tradiciones del CULTO A LOS MUERTOS. A los peruanos nos viene desde el Incanato, lo mismo que en México. Cristianos confesos biblia en mano, pero tradición es tradición y los cementerios en estos días se convierten en verdaderos campos feriales: venta de flores, parafernalias, comidas, conjuntos musicales. Curiosamente, muchos ya no le rezan a sus difuntos, pagan rezadores y hasta bebidas alcohólicas, con tremendas borracheras. Un recorrido por nuestros cementerios en estos días, hasta resulta relajante, ver tanta estupidez de muchos (con honrosas excepciones) que se portaron de lo peor en vida con sus difuntos familiares y ahora les llevan flores y hasta lloran. Recordamos el texto bíblico de Lucas: 9: 60:
Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza". Otro discípulo le dijo: "Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.
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