Esta semana fue de las PROCLAMACIONES y las JURAMEN TACIONES los nuevos gobernantes locales y regionales juraron hasta por sus abuelas, reverentes, santurrones que hasta se les podía ver el círculo luminoso de una reluciente aureola ¡Oh! ¡Qué reverentes! y el público o masas populares que todo lo creen, reventando aplausos como que ya alcanzaron la solución y se les acabaron los problemas y se embriagan de emociones y entusiasmos.
Luego pasa la borrachera y al despertarse con la resaca encuentran más de lo mismo.
Somos TESTIGOS DE EXCEPCION: 40 años asistiendo a las mismas ceremonias de juramentos y promesas y vean ustedes cómo están nuestros pueblos. Concretamente Jaén, Bagua y Bagua Grande: realmente HAN CRECIDO pero por la natural expansión urbana, en total desorden con calles estrechas y cerradas, con basurales en cada escuina, con delincuentes y caos en el tránsito incrementado ahora con las benditas mototaxis cuyos pilotos se adueñan de las calles.
Cuarenta años con más de lo mismo y vienen ahora los juramentados a prometer y comprometerse que lo van a cambiar todo?
Siempre recuerdo al insigne humorista Luis Felipe Engell SOFOCLETO y su célebre libro «LOS COJUDOS» que empieza con una luminosa presentación: «Dios hizo a los cojudos para que los demás no se murieran de hambre» y si nos dejamos guiar por su pensamiento, terminaríamos conformando la más grande organización de cojudos, como que parece ya están apareciendo especialmente en estas ciudades del Nororiente peruano.
Por eso, nos mantendremos expectantes para poner los puntos en las íes cada vez que sea necesario. Nororientalmente:
EL DIRECTOR
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