Sin muchos rodeos y sustentaciones técnicas que ya lo han hecho destacados cardiólogos y analistas en casi todos los medios de la prensa nacional.
Pero NADIE vio o no quieren ver más allá de la muerte fortuita del ministro José Huerta Torres que a sus 71 años, Dios lo llamó a que forme parte de su gabinete celestial, a no dudarlo.
Otra vez hemos podido palpar la deplorable realidad de nuestro país, el abandono y marginación a los pueblos indígenas que, aunque ya no esté el desbocado líder aprista que los tildó como «ciudadanos de segunda categoría», en la práctica lo siguen siendo y la muerte casi heroica de este ministro lo ha confirmado una vez más.
Escuchamos en PERÚ 21 (imagen) la entrevista a un reconocido cardiólogo limeño el día lunes por la noche explicando que para casos cardiopáticos como el que le costó la vida al ministro, apenas hay de 2 a 4 horas para salvarle la vida mediante cirugías de emergencia «a pecho abierto». Quienes conozcan Nieva o hayan escuchado de su «hospital» entre comillas, con toda crudeza, de hospital sólo tiene el nombre o apodo, en cuanto a equipamiento médico y equipos quirúrgicos, cualquier posta de Lima, es superior a este mal llamado hospital.
Pero dejemos de quejarnos por lo que no tiene remedio. Tremendos titulares y coberturas informativas por el súbito fallecimiento del ministro que nos indigna a quienes desde este medio de prensa somos testigos de las frecuentes muertes de indígenas que felizmente no padecen de males cardíacos, sino, esos pobladores habrían desaparecido: mueren por simples cólicos, por enfermedades que bien pueden controlarse o simplemente llegan cadáveres cuando desde aquel «hospital», lavándose las manos los que allí laboran, los envían en ambulancia a Bagua o Jaén, que están casi en las mismas condiciones para que allí mueran, si no ocurre en el trayecto. Han declarado duelo nacional, hay notas de pésame; pero nadie ofrece implementar ese hospital y mucho menos las postas médicas ¿Será porque allí no viven ministros?...
Nororientalmente
No hay comentarios:
Publicar un comentario