Con custodia
policial permanente las 24 horas permanece el local de la ex-PIP que fue el
centro de la atención de la ciudadanía, cuando de un momento a otro apareció
como propietario el ciudadano Florencio Guevara Delgado.
Fuentes policiales con las que conversamos
dieron a conocer que el caso ya está en el Poder Judicial y lo sigue el
Procurador del Ministerio del Interior.
Que, efectivamente el autoproclamado
propietario, ha presentado escrituras de compra-venta, planos de la GEDUR,
inclusive registros en SUNARP.

Pero, nada de esa documentación es
convincente cuando frente a ello, existen demoledores testimonios que dicho
local con su terreno, donado a la Policía de Investigaciones por el que en vida fuera señor Sebastián
Guadalupe Valera lo que permite evidenciar que toda la documentación a la que
alude el actual propietario, habría sido fraguada, como así se viene
investigando en las diligencias que se llevan a cabo de manera reservada. Trascendió que en dicha transacción no muy
transparente, estarían implicados terceras personas incluyendo a un tinterillo,
otros de la DIDUR de la Municipalidad
inclusive alcanzaría las implicancias a
funcionarios de SUNARP. De allí
que el «propietario», pese a que vive al frente de dicho inmueble y que esa
propiedad con inusual ligereza se la trasladó a una de sus hijas como «anticipo
de herencia», por ahora y tal vez nunca,
podrá tomar posesión de su presunta propiedad, porque la situación jurídica del
sorpresivo propietario cada día se complica más y según nos adelantaron en
fuentes policiales, «hasta podría ir a la cárcel», por los delitos cometidos.
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