Este 17 de diciembre se ha encendido
una nueva luz en el horizonte americano. Y quedan atrás 55 años de una torpe,
improductiva y errónea política estadounidense de desencuentros, agresión
económica, financiera y militar, que ensombreciera las relaciones entre los
pueblos de Cuba y Estados Unidos.
La primera economía capitalista del mundo mantenía
relaciones plenas con países comunistas como China y Vietnam, antiguos rivales
suyos, pero seguía castigando a Cuba por haber optado por un camino diferente
que condujo a la Revolución Cubana.
Ambos países deben aprender ahora a convivir
respetando sus propias diferencias.
Todo empezó el día de hoy con la liberación de 3
ciudadanos cubanos y uno estadounidense, presos en los dos países, acusados de
espionaje. Cabe resaltar que el gran mérito de esta mutua liberación se debe a
una desconocida iniciativa del Papa Francisco I y a la sabia decisión de los
presidentes Barack Obama y Raúl Castro.
Los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, después de
más de 5 décadas de tensas relaciones bilaterales, reabrirán sus embajadas en
cada uno de sus países. Asimismo, el gobierno estadounidense también hará una
moderación del embargo comercial y financiero sobre Cuba.
Igualmente, se analizará la problemática mutua de
migraciones, tráfico de drogas, protección de medio ambiente, facilitamiento
del envío de remesas, importar bienes de Cuba desde Estados Unidos, trata de
personas y potenciamiento del naciente sector privado cubano.
Ningún pueblo de la Tierra ha sufrido y soportado
tanto este brutal bloqueo estadounidense, que alcanzó realmente niveles de
genocidio, para doblegar la voluntad y la dignidad de los cubanos que habían
escogido un rumbo político que no era del agrado del imperio.
Este es el principio del fin de un equivocado y
anacrónico aislamiento e implica un antes y un después de una vergonzosa
política contra la humanidad, la razón y los derechos humanos.
Ha terminado el aislamiento, pero hoy más que
nunca hay que aislar a los AISLADORES: o sea a aquellos grupos fascistas
anticastristas del sur de la Florida y a los halcones fundamentalistas y
conservadores republicanos que van a hacer todo lo posible para torpedear la
apertura y consolidación de esta nueva política de buena vecindad.
Hace 25 años cayó el Muro de Berlín, pero el Muro
Contra Cuba permanecía incólume, como un cruel rezago de la Guerra Fría.
Y el gran comandante Fidel
Castro jamás se equivocó al señalar proféticamente: “Patria o Muerte,
Venceremos”.
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