La tarde del miércoles último se oficializó la destitución del
controvertido gerente MPJ Salomón Chanduví Piña con la resolución de alcaldía
Nº 07-2016-MPJ/A, con la que se pone fin a un capítulo más de los desaciertos
de esta gestión edil, cuyo alcalde aún no recuerda sus experiencias de las dos
gestiones anteriores que tuvo y ha puesto a Jaén al borde de la quiebra social,
laboral y económica.
Por ser
nuestro semanario el de mayor peso en opinión, quisimos acercarnos para auscultarle
sus potencialidades y proyecciones; pero se mostró reticente, huidizo y no
quiso responder más preguntas pretextando «tener reunión».
La otra
evidencia: su patanería y extravagancias, desde que revisamos su cuenta en
facebook, nos permitió tener el primer dibujo de su resbalosa personalidad,
excéntrico y extravagante, producto de una endeble formación profesional; peor
aún cuando se enfrentó primero a los trabajadores municipales acusándolos de
ociosos y posteriormente a los regidores del Magno Concejo; es decir a los
representantes DEL PUEBLO DE JAEN. Fue el estallido de la inobjetable prueba de
su soberbia rayana en la psicopatía,
diagnóstico psicoanalítico que encajaba
perfectamente con las poses fotográficas que obtuvimos de su cuenta en
facebook.
Es decir,
este individuo pasó por muy en alto las reglas elementales de urbanismo y
profesionalismo para con sus trabajadores. Los miró a todos por sobre su
hombro, como a ropa de muerto y como creyó que había llegado al país de los
ciegos en el que el tuerto es rey, se las enfiló con todos, incluyendo a quien
lo puso en el cargo.
Los trató
como ignorantes, analfabetos, «pandilleros», «seudo profesionales»; etc. sin siquiera mostrar un atisbo de ser mejor que los demás
¡El colmo de un extraño en tierra ajena!
Por eso le
calificamos de imbécil
Porque
sólo a un imbécil se le ocurre ir a pueblo extraño e insultar a sus autoridades
y representantes o, más concreto aún:
ir a la casa del vecino para insultarlo.
Nefasta
experiencia de la que no queda libre el quien lo designó; porque la MPJ no está
compuesta con conejillos de laboratorio para ensayar:
TRES
GERENTES EN UN AÑO?
Nunca se
vio.
Payasada final
La tarde
del miércoles último, por primera vez se vio a los regidores MPJ, todos unidos,
bajo un solo propósito: expulsar al ex gerente que se negó recibir la
resolución de su cese, atrincherándose en los ambientes de gerencia MPJ, desde
donde hacía llamadas desesperadas desde su celular.
Un
inusitado revuelo en la entrada del Pasaje Braca moros en el que confluyeron
regidores, periodistas y público, con emisarios y comisionados que iban y
venían de las oficinas de gerencia. Dispusieron que se monte guardia permanente
para que se impida sacar documentación o el disco duro de las computadoras.
Diversas
voces de ciudadanos indignados pedían que consigan un burro para que lo saquen
hasta el Cruce de Montegrande.
¿Muerto el perro
se acabo la ...
Al día siguiente y los subsiguientes, al parecer, los ánimos
caldeados iban enfriándose; pero la tarde del jueves surgió un nuevo remesón,
después de la visita que hizo el alcalde a las oficinas de la gerencia donde
encontró ex trabaja dores del entorno de Chanduví Piña y tuvo un fuerte encontrón a tal punto que llegó a tratarlos
de delincuentes, motivando diversas reacciones, de donde se puso en ciernes una
reveladora fotografía que comprometería gravemente al burgomaestre,
anunciándose que la publicarán, al parecer como represalia de los llamados
«chimbotanos», por la destitución del gerente, lo que vuelve a poner oscuros
nubarrones a esta endeble gestión.
Habrá desagravio
Un borrador de pronunciamiento DE DESAGRAVIO empezará a circular, en el que se le hace un PUBLICO
DESAGRAVIO a los profesionales (no
seudos) que el destituido gerente los sacó de la MPJ y se solicitará su
reposición, por tratarse de profesionales honorables que no merecían ser
tratados de esa manera.
Entre ellos figuran: Los abogados: Tomás
Roncales Villalobos, José Luis Calderón Guerrero; Luis Vargas Ruiz; Eduardo
Cherres Aspilcueta; Erick Flores Espinoza; William Tafur Namuche; entre otros.
En el sentido que LOS ERRORES SE RECTIFICAN Y LOS DAÑOS SE REPARAN.
El más feliz...
Ante todos estos episodios cargados de
desventuras lacerantes para nuestra Comuna, nunca
antes vistas en esta provincia; el más feliz por todo esto es el vacado ex alcalde
Gilmer Fernández Rojas y sus seguidores que de inmediato han empezado a
comparar ambas gestiones para colocar a la del ex alcalde como «la mejor».
Desde luego, que se sepa, Walter Prieto aún no ha llorado ante un fiscal
reconociendo sus fechorías, tampoco está investigado ni procesado (por ahora)
por actos dolosos en agravio del pueblo.