Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

domingo, 15 de abril de 2012

Principio de autoridad por los suelos

Ilustramos la presente acudiendo a un episodio en la vida de Cristo, cuando vio que en la vereda del Templo (de Jerusalem) los comerciantes (ambulantes) habían hecho lo que hasta hoy siguen haciendo, pese a los más de dos mil años transcurridos.
Esto para extraer dos realidades: una, que el problema de las calles y veredas sitiadas no es de ayer, si no de hace más de dos mil años y la otra, para que se entienda que NINGUNA AUTORIDAD se ha sentido con la capacidad moral suficiente para hacer lo que hizo Cristo.
Y aquí viene la parte medular de lo que trataremos, ante tanto desorden en nuestras ciudades, empezando por la capital del país, seguida de la capital departamental, la capital provincial y el resto de pueblos y ciudades, con sus autoridades totalmente derrotadas por la informalidad, con el caos y el desorden a la vista, como una enfermedad social que ya no tiene remedio y no hay quien nos cure.
Con la excepción de la capital provincial de SAN IGNACIO, cuyo alcalde, lucha tenazmente para no dejarse vencer, por eso que dicha ciudad se la ve distinta a las demás. Nuestros gobernantes locales, parecen haber salido de una pocilga o de las mismas entrañas de barrios marginales donde prevalece la inmundicia, el desorden que se apareja con la delincuencia.
Aunque pretendan negarlo, estos gobernantes, le tienen miedo a sus gobernados. Un simple ejemplo, ¿Cuántos años tenemos en Jaén invadida la calle Manco Cápac con su llamada «paradita» de Morro Solar? Desorden que es contagiante y se expande como toda plaga; porque ahora no solamente es esa PARADITA. Cada vez aparecen más «paraditas» con calles sitiadas y esto, no solamente EN JA EN. Vea Ud. lo que sucede en BAGUA y en pleno centro, ese su llamado MERCADO y todavía «modelo» ¿De qué?...un total zafarrancho donde abunda la promiscuidad, basura y mercaderes, pestilencias y bullicios Idem los demás pueblos y ciudades. Claro está, no vamos a pedirles cojan un látigo como lo hizo Cristo; porque en ese tiempo no habían las famosas ORDENANZAS MUNICIPALES como ahora. Lo que pasa es que, ni con ordenanzas ni leyes, los gobernados siguen zurrándose en sus autoridades, y no solamente invasión de calles y veredas, también invasión de prostíbulos informales con el GRAN NEGOCIO de las menores, negocios con sus productos ocupando veredas, altoparlantes y discotecas en tremenda contaminación sonora, etc.
¿Qué no hay autoridades? Sí las hay. Lo que pasa que éstas han perdido irremediablemente sus rieles o principios y no tienen el valor para ejercer, ni siquiera para acercarse a increparles o dialogar con los infractores; mandan a sus alguaciles (serenazgos, policías municipales) y creen que con eso lo solucionan, pero ya ve Ud., seguimos cada vez peor y seguimos así, porque simplemente LA AUTORIDAD NO SE IMPONE con policías ni ordenanzas; la autoridad SE INSPIRA con la conducta del gobernante que debe ser ejemplar y no como los que tenemos en el muestrario regional y nacional.
¿Qué autoridad moral podrá tener un alcalde a menudo sorprendido borracho en cantinas como el de Utcubamba, por ejemplo, o como el de Bagua, un farsante que mintió con documentos falsos desde que fue candidato o el de Jaén, que le está dedicando todas las metas de su gestión a poner en valor mercantil o comercial a sus propiedades de sus empresas urbanizadoras, encementando calles que sirven para mejorar sus negocios como el de «JAEN PLAZA»?. O el de Cajamarca. Y así por el estilo, estos gobernantes son los primeros en quebrar toda norma que nos pone en la más completa descomposición no solamente urbanística, también moral.
Salvo mejor parecer.

Nororientalmente:

EL DIRECTOR.

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