Con más de diez metros de altura, nadie se
explica el porqué el consorcio que ejecuta la Av. Mesones Muro pidió a la Municipalidad se le alcance propuesta de la escultura ornamental
que debería ir en dicha estructura.
Por su parte la MPJ ha cumplido en efectuar
las convocatorias y se supone ya les alcanzó lo que acordaron irá en dicho
obelisco.
Pero, cualquiera que lo mire por todos los
costados, no podrán explicarse lo que harán los constructores para colocar la
alegoría sugerida, puesto que se trata de una estructura en forma de prisma,
muy estrecha y antiestética, si se desearía colocar algo allí.
Lo ideal habría sido, se construya un
pedestal para que encima se coloque la escultura o alegoría deseada; pero ya está
hecho, se espera que cuando se concluya con dicha obra, no sea motivo de
críticas negativas y descontentos, que desde ya se avizoran, debido a la
ligereza en construir ese obelisco que de por sí, ya tiene un acabado tácito;
pues añadirle algo más de lo que no tiene, sería romper la armonía de sus formas.
Ahora viene el problema más delicado: el
artista o escultor que elaborará la alegoría acordada del campesino, el árbol
de la quina, con su producción de café y cacao. Fácil pudo ser idearla, lo difícil
será plasmarla tal como se ha concebido; por eso, es muy necesario que el
funcionario encargado de su elaboración y materialización le dedique todos los
cuidados necesarios, de lo contrario,
sería mejor no se haga nada y se deje al obelisco tal como está.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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