Los daños de «COBRA»

Nadie podría estar contra el progreso de un pueblo, sabemos que el desarrollo trae sus naturales trastornos, empezando como referencia el ser humano; pero que de ahí se causen daños irreparables, no sabríamos cómo se van a afrontar las consecuencias que van quedando en este caso, por los trabajos en la ciudad del cambio de redes y alcantarillado.
Por sentido común se entiende que el alcalde representa a sus pobladores y hace tiempo le escuchamos al señor Gilmer Fernández anunciar que iba a ordenar paralizar la obra; pero esos anuncios simplemente fueron para las cámaras de sus reporteros y sus palabras siguieron quedándose en el vacío.
Como es de conocimiento público esta obra presupuestada en 80 millones de soles, no se hace al azar ni a ojo de buen cubero o de buen constructor, tiene como base fundamental un expediente técnico que ha sido elaborado diríase, científicamente, no por un ingeniero, si no por un equipo de técnicos especialistas en estas obras; pero además, los constructores no estuvieron ni están solos, si no, se supone bajo la atenta y escudriñadora mirada de una empresa SUPERVISORA que la integran ingenieros especializados y que no fue designada a dedo, si no, previo concurso.
Es decir la obra que está dentro de un convenio macro con el gobierno japonés fue entregada al gobierno regional cuando lo presidía el Eco. Jesús Coronel Salirrosas, entendiéndose que era y es el Gobierno Regional de Caja marca el que debe salir al frente, en primera instancia, para defender las obras de su región; pero, ni el gobierno regional, ni el gobierno municipal lo han hecho en su debida oportunidad, recién ahora, cuando el mal, es, a todas luces IRREVERSIBLE, don Ananías empieza a hacer anuncios de acciones judiciales, que en opinión de ingenieros que no están comprometidos en esta obra, sostienen a rajatabla que «reparar los daños que ha causado COBRA, va a ser imposible» y toman la conocida referencia: cuando un edificio está mal construido, es preferible demolerlo para hacerlo de nuevo y en este caso, es igual.
Por ejemplo, las fotos que mostramos en esta página, son simples referencias de los daños causados, esto, en lo que a revestimientos o coberturas externas se refiere. Vea Ud. si hubo o no la intervención de los supervisores y si la hubo, cómo es que permitieron que dejen las tapas de buzones sobre nivel, que son un verdadero peligro para el tránsito vehicular, son muchas las moto taxis que se han volteado con sus pasajeros al montar una de las llantas sobre esas tapas. Del mismo modo los «parches» en el encementado de las calles y los huecos que dejan como el que se puede ver en la esquina de las calles Manco Cápac y Mariscal Ureta; esto puede ser superable, lo inmejorable e irreparable está en el hundimiento del pavimento o encementado de las calles, que solamente podrán arreglarse cuando las hagan de nuevo, esto es, levantar todo el encementado de las calles y volver a hacerlo y eso ya podrán imaginar la millonada que cuesta. De otro modo, nuestras calles van a quedar como están, desastrosas, con muchos huecos y baches y mucho más peligro para transitarlas. Debido a que, al abrir las zanjas, les colocaban retenes o soportes consistentes en palos para sostener la capa encementada de las calles; pero, por la naturaleza de nuestro suelo, húmedo, deleznable o pantanoso, en cada zanja, siempre quedaba una especie de cueva o socavón bajo el encementado, que al pasarle la compactaadora, la presión ejercida es vertical y no horizontal y al ponerle el parche una vez colocadas las tuberías, la parte no compactada bajo el encementado de la calle, empezó a hundirse y allí tenemos las calles como están. Un verdadero desastre que su reparación podría duplicar el costo de la obra y esto que no nos ocupamos de las instalaciones de las tuberías.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:

EL DIRECTOR.