Empezaron hace una década aproximadamente,
caminando de la mano, como muy buenos amiguitos, pero los campesinos que se
fajan por sus intereses rurales organizados en comités sectoriales,
distritales, etc, son buena materia prima para los que logran trepar en las
dirigencias provinciales y hacen de sus cargos una especie de «profesión»,
«oficio», o medio de vida, hasta que
empezaron a pisar terrenos prohibidos en una forma de contienda de competencia
por liderazgos. Lorenzo Carrasco se «apoderó» de la dirigencia provincial,
mientras que Marcos Díaz «trepaba» a la regional, para después dar un salto a
la Central Única Nacional de Rondas Campesinas (CUNARC), desde donde
continuaron las «contiendas» por seguir «trepando».
Según Lorenzo Carrasco, habría sido el punto
de quiebre la asamblea nacional de rondas llevada a cabo en Huaraz a fines del
año pasado, donde no pudieron alinearse ambos en las mismas perspectivas.
Lorenzo, logró reconfirmarse como dirigente regional de Amazonas dejando sin
piso a Marcos Díaz Delgado. Quien desde la CUNARC, empezó a tener muchas
limitaciones en contactos directos con las bases que de paso son las «más
productivas», porque «rinden» con sus aportes y en la CUNARC, eso no se ve ni
se siente.
Según Carrasco, el pretexto para esta tácita
ruptura, habría sido su injerencia en problemas de litigios limítrofes de
terrenos en los sectores San Isidro y Salazar de la provincia de Luya en
el que estaría implicado el
vicepresidente de las rondas campesinas de ese sector. Atribuciones que no
fueron de su competencia, según Marcos Díaz; pero además, acusa a Lorenzo de mandarse
por su cuenta e inconsultamente con un pronunciamiento al Congreso de la
República, dejando sin piso a su ex-amigo dirigente de la CUNARC; por todo lo cual, le cayó la pared encima,
con una SUSPENSION por un mes (salvo complicaciones) que dejan fuera de acción
al dirigente regional o departamental Lorenzo Carrasco.
La prensa, coge el hecho en un despliegue
informativo amplio, puesto que es la primera vez que se sanciona así a un dirigente
departamental.
Por su parte Lorenzo Carrasco, en
declaraciones a los medios periodísticos dijo DESCONOCER Y NO ACATAR tal
sanción, acusando a Marcos Díaz de haberla hecho a título personal y no como
una sanción de consenso emanada de la dirigencia nacional de la CUNARC, por tanto, continuaba en
funciones.
Pero no solamente dijo éso, si no que fue más
allá, en lo que podría ser la causa invisible de estas disputas, si se tiene en
cuenta la reciente visita «de inspección» que hizo Carrasco a las empresas
mineras de Jumbilla y otras. El dirigente sancionado acusó a Marcos Díaz de
estar tras las empresas mineras (Radio Marañón Martes 07-08: 6.45 a.m.), lo que
en su esencia tal acusación podría ser muy grave, si se tiene en cuenta las
propuestas tentadoras, directas, indirectas y encubiertas con las que las
empresas mineras viene efectuando lobbies, comprando a su favor, no solamente
líderes ronderos, también gobernantes locales, como el alcalde de Imaza.
En suma: como podrá apreciarse, la pugna de
estos dirigentes, nada tiene que ver con los derechos elementales del
campesinado o de sus bases, se trata concretamente de una disputa de intereses,
de liderazgo. ¿Saben qué ocupación, profesión u oficio tienen éstos?
Simplemente dirigentes.
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