Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

lunes, 2 de septiembre de 2013

EDITORIAL

   
Cuando los mercachifles se preparan

   Curiosidades de mi país, en especial de MI TIERRA, vean ustedes de cómo con tanta anticipación activos interesados «en trabajar por su pueblo», ya están en pleno «trabajo» y han empezado por «quién da más», «quién más la pone», «quien más ofrece», etc.
 Mi punto preocupante como referente principal, el alcalde de Chirinos Sadón Juventino, el de Jaén, Gilmer Ananías, el de Bellavista Kike Chávez, entre otros, tremendas joyitas como para atarlos a todos juntos y fondearlos en el Marañón.
 Que sus malabares para sobornar con dinero del pueblo a las autoridades por ahora los mantenga libres, eso no significa que son los más indicados para seguir gobernando. Lo que pasa es que nuestros pobladores, siguen en su tradicional indiferencia, como que se han contagiado con el viejo proverbio «no importa que robe pero que haga obras», nada más absurdo e indignante idea que se anida en los cerebros putrefactos de pueblos sumisos y lacayos.
 A distancia se percibe el enorme interés por llegar al gobierno local «aunque sea como regidor(a)», porque como están viendo, hay ciertos regidores que por incapacidad no tienen iniciativas, pero por complicidad ganan más encubriendo corruptelas que proponiendo proyectos.
  La pregunta que siempre nos hicimos y sigue pendiente es que, si los alcaldes no tuvieran el sueldo que se pagan ni manejaran los millonarios presupuestos, canon, Foniprel, Foncomún, etc. ¿Creen ustedes que se dispuatarían estos cargos como lo hacen ahora?
  Todo esto ha convertido a la política en un negocio de mercachifles. Tal como reseñamos hace algunas semanas, el alcalde de Jaén en su campaña electoral invirtió tres veces más del sueldo que percibiría en el tiempo que dure su gestión ¿Creen ustedes que lo hizo «por servir a su pueblo»? Para empezar éste no es jaenés y como se vio desde los inicios de su gobierno edilicio, lo hizo encementando calles para revalorar sus lotizaciones; pero además se hizo rodear de sanguijuelas, prontuariados, procesados y hasta sentenciados, como el que estuvo preso por robo agravado en Tarapoto y lo puso como su jefe de personal. O como su ex-tesorero que con su cuñado implementaron una tienda para venderle exclusivamente a la municipalidad, que, pese al informe de la comisión de regidores, a uno de estos sus compinches ahora lo ha puesto como Gerente General, nada más nítido que la corrupción delictiva se ha enquistado profundamente y no diga don Gilmer que por todos estos favores  no  le llenan sus alforjas con las consiguientes coimas.
 Así con esta modalidad es que hasta se matan por esos cargos, como podrán estar enterados que se «alimentan» con las numerosas obras que este gobierno las ha descentralizado a provincias y conforme a la reciente denuncia, hasta los familiares del Presidente de la República están metidos en estas corruptelas, pidiendo obras para sus furtivas y ocasionales empresas, con la misma modalidad que el alcalde de Jaén le dio a sus amigos de la empresa CATALÁN  adelantándoles más de tres millones de soles sin que hayan ejecutado un kilómetro de carretera.
 Esto y tantas otras corruptelas más, se convierten como poderoso imán o panal de rica miel que atrae a las moscas que llegan a los municipios a pie y salen en costosos vehículos, o llegan viviendo en cuarto alquilado y terminan con residencias.
 Lógico es entender que por muchos fiscalizadores que el Estado tenga, no se dan vasto para controlar tanta podredumbre. Por eso, teniendo en cuenta que el dinero que sale del TESORO PUBLICO es DEL ESTADO y el Estado somos todos los peruanos, deberían todos convertirse en celosos guardianes de sus bienes y de su dinero, si no pueden denunciar ante las autoridades, háganlo ante los medios de prensa honestos y no a esos que buscan los robos de los alcaldes para chantajearlos y seguir comiendo del dinero ajeno.
 Fatalmente, esta realidad nefasta cada día se extiende, se vuelve incontrolable y ahora tenemos a los mercachifles invirtiendo para que se la cobren después.
  Salvo mejor parecer.

        Nororientalmente:


               EL DIRECTOR.

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