Cuando los mercachifles se preparan
Curiosidades de mi
país, en especial de MI TIERRA, vean ustedes de cómo con tanta anticipación
activos interesados «en trabajar por su pueblo», ya están en pleno «trabajo» y
han empezado por «quién da más», «quién más la pone», «quien más ofrece», etc.
Mi punto preocupante como referente principal,
el alcalde de Chirinos Sadón Juventino, el de Jaén, Gilmer Ananías, el de
Bellavista Kike Chávez, entre otros, tremendas joyitas como para atarlos a
todos juntos y fondearlos en el Marañón.
Que sus malabares para sobornar con dinero del
pueblo a las autoridades por ahora los mantenga libres, eso no significa que
son los más indicados para seguir gobernando. Lo que pasa es que nuestros
pobladores, siguen en su tradicional indiferencia, como que se han contagiado
con el viejo proverbio «no importa que robe pero que haga obras», nada
más absurdo e indignante idea que se anida en los cerebros putrefactos de
pueblos sumisos y lacayos.
A distancia se percibe el enorme interés por
llegar al gobierno local «aunque sea como regidor(a)», porque como están
viendo, hay ciertos regidores que por incapacidad no tienen iniciativas, pero
por complicidad ganan más encubriendo corruptelas que proponiendo proyectos.
La pregunta que siempre nos hicimos y sigue
pendiente es que, si los alcaldes no tuvieran el sueldo que se pagan ni
manejaran los millonarios presupuestos, canon, Foniprel, Foncomún, etc. ¿Creen
ustedes que se dispuatarían estos cargos como lo hacen ahora?
Todo esto ha convertido a la política en un
negocio de mercachifles. Tal como reseñamos hace algunas semanas, el alcalde de
Jaén en su campaña electoral invirtió tres veces más del sueldo que percibiría
en el tiempo que dure su gestión ¿Creen ustedes que lo hizo «por servir a su
pueblo»? Para empezar éste no es jaenés y como se vio desde los inicios de su
gobierno edilicio, lo hizo encementando calles para revalorar sus lotizaciones;
pero además se hizo rodear de sanguijuelas, prontuariados, procesados y hasta
sentenciados, como el que estuvo preso por robo agravado en Tarapoto y lo puso
como su jefe de personal. O como su ex-tesorero que con su cuñado implementaron
una tienda para venderle exclusivamente a la municipalidad, que, pese al
informe de la comisión de regidores, a uno de estos sus compinches ahora lo ha
puesto como Gerente General, nada más nítido que la corrupción delictiva se ha
enquistado profundamente y no diga don Gilmer que por todos estos favores no le
llenan sus alforjas con las consiguientes coimas.
Así con esta modalidad es que hasta se matan
por esos cargos, como podrán estar enterados que se «alimentan» con las
numerosas obras que este gobierno las ha descentralizado a provincias y
conforme a la reciente denuncia, hasta los familiares del Presidente de la
República están metidos en estas corruptelas, pidiendo obras para sus furtivas
y ocasionales empresas, con la misma modalidad que el alcalde de Jaén le dio a
sus amigos de la empresa CATALÁN
adelantándoles más de tres millones de soles sin que hayan ejecutado un
kilómetro de carretera.
Esto y tantas otras corruptelas más, se
convierten como poderoso imán o panal de rica miel que atrae a las moscas que
llegan a los municipios a pie y salen en costosos vehículos, o llegan viviendo
en cuarto alquilado y terminan con residencias.
Lógico es entender que por muchos
fiscalizadores que el Estado tenga, no se dan vasto para controlar tanta
podredumbre. Por eso, teniendo en cuenta que el dinero que sale del TESORO
PUBLICO es DEL ESTADO y el Estado somos todos los peruanos, deberían todos
convertirse en celosos guardianes de sus bienes y de su dinero, si no pueden
denunciar ante las autoridades, háganlo ante los medios de prensa honestos y no
a esos que buscan los robos de los alcaldes para chantajearlos y seguir
comiendo del dinero ajeno.
Fatalmente, esta realidad nefasta cada día se
extiende, se vuelve incontrolable y ahora tenemos a los mercachifles
invirtiendo para que se la cobren después.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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