«Conga no va»; «Goyo
libertad», «Ollanta Humala traidor» y como a pedir de boca, un muerto en un
frustrado desalojo de un inmueble hipotecado a una financiera, casos de los que
tenemos a montones; era esto último que llega como el anillo al dedo para que
se complete el fandango en la ciudad del Cumbemayo.
Empezaremos del concepto del psicólogo francés
Gustave Le Bon: «La masa es siempre intelectualmente inferior al hombre
aislado; pero desde el punto de vista de los sentimientos y de los actos que
los sentimientos provocan, puede, según las circunstancias, ser mejor o peor.
Todo depende del modo que sea sugestionada».
En Cajamarca ciudad, hay una sensibilidad muy
aguda respecto a un sentimiento
colectivo de rechazo a este régimen (y otros más que vengan), algo así como
suele decirse en el argot popular, están con el poncho arrastrando a la espera
que alguien lo pise un poquito y ¡ya!. De modo que lo que en Jaén o Bagua pudo
ser una más de las tantas órdenes de desalojo para que la entidad financiera
haga cumplir un compromiso pactado, aceptado y convenido así por el deudor,
allá, en el marco de esa psicología de masas llegó a convertirse en una
tragedia, que precisamente por ese mismo sentimiento colectivo, masivo que
incluye amplios sectores de la prensa nacional, con el agregado que cada quien
aprovecha la ocasión para llevar agua a sus molinos, hasta podrían ser la causa
de una caída de este régimen, que es precisamente lo que sus opositores
ansiosamente lo desean.
Un poco, como que nos trae el recuerdo de
aquel episodio en Jaén (año 1961) del CASO FOSFORITO que terminó con un muerto,
heridos y la comisaría incendiada y esto, que se cortó a tiempo, si no, Jaén
hubiese ardido en llamas, porque ese sentimiento masivo, ya mismo se extendía
por toda la ciudad que felizmente era la décima parte de lo que es ahora.
Aunque usted no lo crea, dentro de estos
criterios o parámetros, están actuando todos: empezando por un presidente de la República que condena
«los excesos» de su policía; un ministro del Interior que pide paredón y ofrece
«recompensar» a los deudos; un Poder Judicial que destituye a jueza que ellos
mismos nombraron, líderes opositores que por lo bajo celebran este fandango,
como se dice «a río revuelto»; pero que si lo miramos fríamente desde Jaén o de
cualquier otra coordenada, como diría Einstein en su teoría del Relativismo, la situación es similar a la que
ocurrió como por ejemplo en la gran tragedia del Estadio Nacional, en Juliaca,
cuando lincharon y mataron a su alcalde, etc.
«TODO DEPENDE DEL MODO QUE LAS MASAS SEAN SUGESTIONADAS»
(Gustave Le Bon).
¿Qué se esperaba de la reacción de jóvenes,
impulsivos policías preparados precisamente para eso? ¿Que debería haber hecho
la Juez, ante requerimientos documentados para que se cumpla con la «ley» que
así le llaman; porque así nos las impusieron desde el Congreso, con o sin
influencias de los poderosos a los que siempre estamos sometidos desde la
conquista del Tahuantinsuyo?
Aunque Ud. no lo crea, un muertito en
coyunturas políticas como éstas, es muy importante y hasta beneficioso para
quienes buscan algo más allá de la reivindicación a los deudos del muertito, es
muy poco, quieren más muertos.
Salvo
mejor parecer.
Nororientalmente: EL DIRECTOR.
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