En pleno siglo XXI, con 189 años de vida «republicana» dizqué, tras varios siglos de coloniaje, etc., y Lima sigue siendo el Perú, desde que se fundó allá por los años 1535. La ciudad de los virreyes, sigue siendo la dueña del resto del país, confirmado y reconfirmado por nuestro mandatario cuando al referirse al problema de los pueblos amazónicos dijo «unos cuantos (que son 400 mil) no van a tener más territorios que los 28 millones de peruanos».
En mi reciente viaje a la Capital; porque obligada mente hay que visitarla por cualquier motivo y mucho más por el que tiene pendiente el que escribe la presente nota, volvimos a reencon trarnos con esta realidad muy desagradable; pese a que estaba alternando con personalidades progresistas «de avanzada», la frase que sigue golpeando es que «Lima determina y coloca a sus gobernantes en las lides electorales».
Y tienen toda la razón, la gran capital se ha repoblado tanto, que ya ni en los cerros y los arenales quedan espacio para albergar a tanta gente, como verdaderos enjambres humanos, viven en tremenda mescolanza y todos ellos los de la periferie, siguen siendo los nuevos y reciclados sirvientes de los amos que ocupan los barrios solariegos residenciales, de lujosas casonas, siguen ocupando a los que viven en esos arenales, y si ya no tienen cupo, allí están las calles para los comerciantes ambulantes, desde caramelos, hasta malavaristas y contorsio nistas, que venden cualquier cosa, o si no, también, los establecimientos comerciales y los transeúntes para ser asaltados. Carretas y vivanderas, vendedores de todo, los hay a cada paso y son estos los que conforman los casi ocho millones de habitantes, el 27% de la población del Perú, según censo del 2007; más de 4 millones de electores, comparados con el resto del país, efectivamente, Lima decide quién gobierna.
Por eso en nuestro editorial anterior, hablábamos de cómo el sentido de patria y el signifcado de la proclamación de la independencia del 28 de julio del año 1821, había que renovarlo también. Porque sinceramente por estos lugares y por los otros, no se siente lo que se siente en Lima y eso mismo ocurrió con la llamda independencia de estos pueblos, (Jaén, Chachapo yas y otros en aquellos años del corte de vínculo con la corona española).
Motiva, la presente reflexión una nota que circula por internet, llegada a nuestro correo, firmada por el nococido lider awajun Luis Kunchikui, que he creído conveniente colocarla aquí, porque realmente siento como lo siente la mayoría de peruanos que vivimos en esta parte del país, que nuestra patria sigue quebrada, como que hay dos grandes «Perú», el de la Capital y el de los provincianos y en este caso, los de la amaznía.
Por haber trabajado con más de 200 profesores aguaru
nas yhuam bisas, durante muchos años, haberme compene trado en la realidad de éllos es que comparto lo que sienten y no dudo que también compartirán ustedes amigos lectores:
«¡Qué lástima, no entender el verdadero significado del Díade la Independencia...¿De qué independencia hablarán los ideólogos y gobernantes? Si el Perú vive esclavo de las transnacionales... Para los limeños talvez es día de la independencia; pero para nosotros, ¡No!...Nosotros siempre hemos sido independientes y vamos a defender nuestra libertad hasta el final, con nuestra sangre, si vuelven a tocar a nuestros pueblos awajun-wampis ...nosotros somos guerreros y nunca volveremos a permitir que nos engañen y atropellen...Si la muerte nos sorprende, bienvenida sea; porque si hoy día muero, es poirque siempre he de morir» (Texto que nos remite el lider awajun Luis Kunchikui Akuts, desde Imacita)
Estos sentimientos de rebeldía y descontento, deben ser allanados, si realmente queremos una patroa «libre y justa».
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
El Director.
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