Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

miércoles, 8 de febrero de 2012

«Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado»


(Mateo 12:37)Es la primera vez en más de 32 años con 1,553 ediciones me veo en la imperiosa necesidad de titular una nota EDITORIAL recurriendo a un versículo del Nuevo Testamento de la Biblia, libro sagrado por excelencia, del que ningún sabio, erudito, investigador, etc., ha omitido su conocimiento; porque es el LIBRO DE LA VERDAD y si nos acercamos al dogma cristiano, es un libro INFALIBLE.
Tomamos como base esencial este versículo, porque forma parte de las enseñanzas de Cristo a sus discípulos y seguidores, no por cucufatería y porque siendo como ES, sigue vigente en la formación de la conducta de los terrenales.
Quienes leen este vocero desde hace tiempo y mucho más los que nos leen desde las primeras ediciones, habrán entendido que en lo posible y humanamente tratamos de ser un medio de prensa SERIO. Seriedad que empieza en su frecuencia de salida: semanario = semanal y semanalmente estamos con ustedes, dentro de esta norma rigurosa que implica PUNTUALIDAD = SERIEDAD, trato en lo posible que lo que aquí se dice sea CIERTO y habrán notado que ni siquiera nos ocupamos de los anuncios de políticos y gobernantes que para engatusar a sus pueblos acostumbran a publicitar: «se hará, se construirá», etc. lo decimos cuando ya está hecho.
De mi tío Abuelo Edilberto Muñoz, que fue un agricultor no instruido, pero más sabio que muchos instruidos, aprendí que no hay mejor virtud que pueda identificar a un Hombre, que el valor impuesto a su palabra empeñada, aquella que no necesita de una certificación notarial, ni un contrato o compromiso judicial para su cumplimiento e hice de todo ello una forma de vida y de conducta: Jamás ofrecer lo que no puedo hacer, ni comprometerme a lo que no puedo cumplir. Tal vez este factor haya sido el motivo fundamental para no incursionar en el terreno de la política; porque allí hay que mentir y eso nunca va conmigo.
A menudo observo siempre que nuestra sociedad está llena de esta gente que dice u ofrece ahora algo y mañana se desdice, inclusive apelan a un infantil argumento: «es que tú no sabes el estado de ánimo en el que te dije».
Causa enojo tales posturas, pero al mismo tiempo hay que comprender que no podemos obligar a todos que dejen de ser lo que son y se me ocurre pensar igual que la primera Dama de la Nación Nadine Heredia: «¡Qué tan difícil es caminar derecho!...» prefiero seguir siendo esclavo de lo que diga y al mismo tiempo, dueño de mi silencio.
Veo con preocupación de cómo hombres y mujeres, nos devaluamos solos, nos ponemos una marca o estigma, la del poco serio, la del mentiroso(a) o la del demagogo que en lo concreto, es cualquier cosa, menos VARON o MUJER. A éstos y éstas hay que tomarles siempre lo que digan, COMO DE QUIEN VIENE.
No alcanzo a entender la fragilidad espiritual o moral de las personas que con todo desparpajo se pavonean como honestos, decentes, encumbrados, etc. me invaden siempre aquellos versos del poeta español Miguel Hernández «Los Cobardes» y veo cuánta razón tuvo para dedicarles esta su célebre inspiración. Como que en contraposición recuerdo algo del destacado dramaturgo español Leandro Fernández de Moratín «El sí de las niñas» y sigo pensando qué tan difícil es SER SERIO, varón o mujer.
Tengo la plena convicción que la más peligrosa bacetria para todos los males de la sociedad con todas sus crisis en general, es precisamente esto que aquí comentamos y que todos callan, porque duele admitirlo; por lo que, pensando como el gran legislador británico Winston Churchill tengo que decir, que siempre a menudo he tenido que comer mis palabras por haber descubierto que son la mejor dieta equilibrada para mi salud.
Salvo mejor parecer.

Nororientalmente:

EL DIRECTOR.

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