Entrando
a la tercera semana de huelga magisterial, la situación sigue dura,
imprevisible y sin ningún atisbo de solución.
Paralelamente los padres de familia, cada vez
enfrían sus ánimos y a diferencia de otros tiempos, conforme se observa a nivel
nacional, no están predispuestos a darles su respaldo a los huelguistas, del
mismo modo, las dos facciones sindicaleras aún no se han puesto de acuerdo y se
siguen enrostrando los unos a los otros, del porqué no se inició esta medida de
lucha el 20 de junio cuando la propició el CONARE.
Lo que sea o como queden, y por más excusas,
argumentos y explicaciones, una medida paralizante a estas alturas, no afecta
al aparato estatal, si no, al estudiantado. Se imaginan los que están
terminando su secundaria? y no solamente éstos...
«Recuperar» clases? Es la mentira más tonta y de no serlo,
sería mucho más nociva que el tiempo que están perdiendo. Cualquier persona,
estudiante o no estudiante, profesor o carpintero, médico o abogado, sabe
perfectamente que en materia de pedagogía, el tiempo o las clases que se
pierden, son totalmente irrecuperables. A la hora pedagógica de 45
minutos (que ya es bastante) no se le puede, agregar un minuto más. Los días
del calendario escolar, no son fácilmente alterables, en nuestro medio, o en
otras ciudades, muchos estudiantes de condición humilde utilizan sus fines de
semana para recursearse o para ayudar a sus padres. A estos, los luchadores
magisteriales del trasnochado comunismo de Patria Roja, desalmadamente los
están golpeando más todavía. Son estos estudiantes cuyos padres de familia no
tienen dinero para pagarles costosas academias y mucho menos, llevarlos a
colegios particulares, los más afectados. OJO: lo digo, porque ME CONSTA: si en
tiempos más o menos normales, sin paralizaciones académicas, los programas
curriculares se quedan por la mitad o las dos terceras partes ¿Se imaginan cómo
quedarán este año con tanto tiempo perdido?...
Entonces, que no engatusen y si quieren
seguir ocioseando, que lo hagan; pero no engañen con ese viejo cuento de la
«recuperación de clases». Lamentablemente
muchos padres de familia están siendo chantajeados.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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