«Nunca digas todo lo que sabes, ni gastes todo
lo que tienes».
Reza un antiguo proverbio árabe, que a pesar
de tener muchas raíces nuestra cultura, de aquella vieja civilización no la
tomamos en cuenta y vivimos por vivir en cualquiera de los campos o niveles que
nos desempeñemos. La compostura no cuenta, nos inclinamos por la
fanfarronería, la frivolidad y las poses de apariencias para cubrir tal vez
miserias y aparentar lo que no somos y si este concepto lo trasladamos a este
QUEHACER,(periodismo) la desgracia es la que se nos viene y el mundo se nos
derrumba, POR NO SER DISCRETOS, mesurados, cautos u sensatos. La Real Academia
define a la palabra DISCRECION como una
VIRTUD que consiste en la
sensatez de formar juicios y tacto para hablar u obrar...que debe ser sensata
la formulación de reflexiones y tener mucho tacto y esmero en la expresión de
los conceptos a trasmitir a los demás.
Y en esto es lo que estamos fallando terriblemente los que conducimos o colaboramos en medios de prensa en todas sus formas.
Lionel Ardón, Doctor en Psicología sostiene
que una persona discreta, sabe evitar ser partícipe de noticias escabrosas o
conceptos maliciosos innecesarios, domina su ego con esmerado respeto y sobre
todo es garantía de amistad o confianza verdadera.
Esta falta de discreción es la que en nuestro
país, está contribuyendo a elevar la pérdida total de valores en todos los
sentidos, nos hemos convertido en apéndice de las culturas de otros países que
nos las están imponiendo con la avanzada tecnología de comunicación, que como
en toda actividad económica, la competencia
no es discreta y vende más o gana más quien es más indiscreto,
menos mesurado, menos prudente y menos pegado al ser humano.
En los últimos meses, gracias a esta
desmesura, a esta falta de discreción y esta competencia mercantilista de
vender más, aunque sea cadáveres y sangre, endiosando con una fama siniestra a
adolescentes con titulares en primeras planas, nos hemos puesto en la boca del
cañón de los revólveres que estos adolescentes empiezan utilizar, animados por
la fluida publicidad que da fama aunque sea como delincuentes, nadie nos para y
nadie podrá frenar esta avalancha degenerativa de los valores, mientras los responsables
de conducir u orientar la opinión pública sigamos perdidos en nuestro
laberinto de las improvisaciones y nos inclinemos más por el dinero antes que
por la humanidad.
Siempre será recordado el pensador colombiano
José María Vargas Vila, cuando nos hace reflexionar en el sentido que más
peligroso es un hombre con un lapicero antes que un batallón con tanques y
metrallas; el primero moldea conciencias para que nunca más puedan ser reconstruidas
y el segundo, destruye ciudades que se reconstruyen. A esto le agregamos el
pensamiento de este sabio maestro nacional Marco Aurelio Denegri, a quien
todavía podemos verlo y escucharlo en el canal estatal de televisión; se
refiere a la inteligencia, al
periodismo como más peligroso que el
movimiento «Sendero Luminoso» y por eso en los medios de prensa no nos dan
cabida y los gobiernos de turno tienen miedo que les destruya a sus rebaños.
Lógicamente, se entiende de cómo la llamada PRENSA BASURA ha reemplazado a lo
que bien podría llamarse prensa ortodoxa o tradicional. En consecuencia, quien
alimenta sus conocimientos con ESA PRENSA, ya podemos entender lo que estamos
viendo y palpando ahora.
¡NOR ORIENTE! al haber pasado la barrera de
los 34 años, su mejor retribución a la
deferencia concedida en más de tres décadas, ha de servirnos para seguir
trabajando con más discreción y sensatez, aunque solitaria mente, pero
acompañado de los mejores lectores.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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