Nuevamente el serenazgo de Jaén se ha
involucrado en otro hecho sangriento, al efectuar disparos contra un presunto
«robamotos» en el sector Miraflores.
Esta vez, el alcalde ya no le ofreció
pavimentar su calle a los familiares del herido, si no que, le habría dado
cierta suma de dinero «para que se calle» y no lo denuncie.
Reiteradamente lo han dicho jefes policiales
y las mismas normas de Seguridad Ciudadana, sus integrantes del serenazgo
«están prohibidos de usar armas de fuego». Esto, en todo el Perú, menos en
Jaén, cuya máxima dirección o «alto comando» integrado por el alcalde y su
guardaespaldas que fue expulsado de la PNP, han impuesto la premisa que «si los
delincuentes andan armados, porqué no los agentes del orden» y disparan a quien
corra o a quien sospechen que está
robando. Que si en todas las ciudades se procedería con este criterio, habría
que imaginar en lo que el país se convertiría; pero esto, solamente en Jaén.
Lo que está generando un nueva corriente de más
violencia, puesto que no solamente hay que andar con pistolas por temor a los
delincuentes, si no, a los agentes del serenazgo que nos pueden confundir, tal
como sucedió con el niñito cuya muerte sigue impune.
Familiares del presunto «ladrón de motos»
José Torres Fernández, han negado las acusaciones del jefe del serenazgo,
alegando la inocencia de la víctima; sin embargo, sin el menor escrúpulo, el
alcalde envió a uno de sus compinches el conocido abogado tinterillo Yover
Navarro, para ofrecer dinero y silenciar los hechos. Situación que de por sí,
confirma la culpabilidad del agente que disparó, puesto que si habría sido
culpable Torres Fernández, no habría
necesidad de ofrecer dinero para comprar el silencio, tal como lo están
haciendo; PERO LO MAS EXTRAÑO Y ESCANDALOSO es que, no obstante las públicas
denuncias y las que están en la FISCALIA PROVINCIAL por estos delitos, que como
anotamos en el titular VAN CINCO HECHOS DE SANGRE pero hasta hoy, nadie está siendo juzgado ni
procesado por estos delitos, por el contrario, siguen disparando contra quien
sospechen. Esta es la «seguridad» en
Jaén.
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