José
Arista amenazó a Rudecindo Vega
El Dr. Rudecindo
Vega Carreazo, ex-Ministros de Trabajo, ex-candidato al gobierno regional de
amazonas en las elecciones pasadas y hoy, embajador en Nicaragua, acusó
frontalemente al actual presidente del
gobierno regional de Amazonas José Arista Arbildo de haberlo llamado de
manera « desaforada, grotesca, ofensivo y amenazante» a su celular (que dio su
número y código de país, el día 12 de febrero último, para referirse al
artículo de su autoría que fue reproducido y comentado por varios medios de
prensa (incluyendo el nuestro en la edición pasada); pues en dicho comentario
se refiere al desfasa miento del poder judicial respecto al tiempo transcurrido
y no haber dado con el o los autores intelectuales del asesinato del Dr.
Augusto Wong López.
Vega Carreazo en su comentario se refiere a
las versiones del pueblo desde el siguiente día de los hechos sangrientos,
señalando a políticos como intelectuales y a esos autores no los han podido
identificar hasta hoy.
Agrega que el pueblo se queda con su propia
versión ante la imposibilidad que el poder judicial haga lo que le corresponde.
Y como consta a los bagüinos, y fuimos en este
medio los primeros en trasladar esos intensos rumores incluyendo posibles nombres de autores
intelectuales políticos, que desde luego no señalaban al gobernante regional
actual, si no, a uno de los de su posible entorno. Posiblemente, ello fue
motivo para que de inmediato salte como impulsado por un resorte y se dirija al
autor de ese comentario del modo y manera que lo ha denunciado, solicitando
GARANTÍAS POR SU VIDA al Ministro del Interior.
Desde luego, conforme a un viejo proverbio
popular, en casos como éstos, de todo se duda y de todos se sospecha ¿Porqué la
reacción tan inusual de un aparente circunspecto José Arbildo Arista para
cogere su celular y llamarle del modo que está denunciando su ex-competidor de
las elecciones pasadas? ¿Acaso se sintió de algun modo aludido por esos
comentarios?.
Mientras las autoridades judiciales no
desentrañen este misterioso asesinato, la colectividad seguirá sospechando y
poniendo su dedo acusador a cualquiera que como Arista Arbildo se incomode y
pierda la serenidad cuando se le alude.
Tampoco está demás, volver a señalar la ineficacia e ineficiencia de los
magistrados, de poca o nula preparación para investigar esta muerte o, también
incluirlos en las sospechas en el sentido que no hacen nada, porque «esos políticos»
a los que se refirió Rudencindo Vega, los están sobornando para encubrirlos
y todo quede en la impunidad.
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