EDITORIAL (1) EJERCICIO PROFESIONAL

   No todos los que  ejercemos una PROFESION, tomamos en cuenta el JURAMENTO SOLEMNE que se hace al momento de graduarnos.

  Concretamente, en el ejercicio profesional del PERIODISMO, al momento de la colegiatura, el juramento de estilo es rigurosamente  solemne, teniendo en cuenta el enorme significado de esta profesión, su magnitud es profunda en todos sus extremos.

 No solamente en el ejercicio PROFESIONAL de PERIODISTA, también de médicos, abogados y todas las profesiones sus graduantes pasan por este rito que viene desde las épocas pre-romanas.

  Sin embargo, no todos los profesionales, por más que tengan retratos de Cristo en sus oficinas o cricifijos en sus escritorios, respetan lo que juraron. En el caso más caricaturesco hace algunos años un congresista juró «por dios y por la plata», lo que parece que esta fórmula es la que predomina en muchos de los profesionales.

 Concretamente, cuando el Director de este Semanario tomó el Juramento de Ley, un 15 de abril del año 1983, colocando una mano en la Biblia y la otra levantada con la palma abierta y como hemos reiterado: no somos cucufatos de los que van a misa todos los domingos o a congregaciones religiosas de otra índole; pero POR HONOR PROPIO, sabemos que UN JURAMENTO SE RESPETA. Por tanto si JURÉ DECIR LA VERDAD, TENGO QUE RESPETAR LO QUE JURÉ, AUNQUE LOS CIELOS SE DESPLOMEN y en el caso del más corrupto de los alcaldes ladrones SADON GOMEZ TORRES, nos consta que le robó al pueblo, por tanto jamás ocultaríamos lo que hemos visto. Sin embargo, los ladrones existen porque no están solos, tienen sus secuaces y entre éstos, desgraciadamente quien o quienes ejercen esta actividad, aunque no sean profesionales, inpetos y discapacitados han hallado la mejor manera de sobrevivir, parasitando de los resíduos fecales de quienes le roban al pueblo.

  No nos callaremos, ni disimularemos con el cuento de «DEJAR QUE HAGA SU TRABAJO», tal como piden los del barrio «Pakistán». Por eso el Perú se hace famoso: por sus grandes ladrones y sus grandes cómplices de la prensa desde Lima hasta Jaén.

Salvo mejor parecer...