La «clase» que le faltó exponer al prof. Mirope Neira

Intentaremos rescatar desde sus pensamientos algo que al comienzo, pocos entendimos: los maestros no solamente usan la pizarra o las aulas para dictar sus clases, también las salas de audiencias públicas, los banquillos de acusados y tienen como cuadernos y libros, los códigos, como asistentes, los abogados y jueces.
Mirope Neira Chinguel, de quien en estas páginas nos hemos ocupado mucho, no solamente en sus facetas positivas, también en lo negativo y hemos sido muy drásticos; sin embargo, también hay que ser hidalgos y reconocer lo que muchos callan.
El, sabía que le habían arrancado un derecho legítimamente ganado, sabía y sentía que le habían cercenado parte de sus aspiraciones, de su capital intelectual y humano que lo puso en juego al enfrentarse en un CONCURSO A NIVEL NACIONAL para la plaza de Director de la UGEL JAEN y lo ganó limpiamente, sin padrinos, sin comprar respuestas de las pruebas, etc.; pero los polìticos de turno, se lo quitaron, empezando por el expresidente regional de Cajamarca, Felipe Pita, a quien recuerda con desprecio y continuando con Jesús Coronel Sali rrosas, a quien menciona con repugnancia.
TRES VECES le arrebataron el cargo y esta vez, vuelve a recuperarlo por el mismo camino de la ley, pues nuevamente el 2º Juzgado Laboral de Turno de Cajamarca, no tuvo más alternativa que reconocerle sus legítimols derechos y por encima de presiones, leguleyadas y zancadillas le repuso en su cargo, en el que debe permanecer hasta el 03 de maerzo del 2011; pero como estuvo 13 meses injustamente suspendido, deberá prolongarse su vigencia o, en todo caso, si le pagan lo que dejó de percibir en 13 meses, saldrá en la fecha que el Juez señala.
En este caso que por su naturaleza, a nivel nacional y talvez más allá de nuestras fronteras resulta UNICO, atípico, singular o excepcional, mucho tuvo que ver el manoseo político, lamentablemente, se colocó como ariete, el Director de RADIO MARAÑON y algunos otros curas, como el que tuvo la osadía de discriminarlo en una reunión pública y no lo llamó a la mesa, pese a su condición de primera autoridad educativa en la provincia.
Si los curas procedieron de ese modo ¿Qué podría esperarse de sus sacristanes?
Rabiosos dirigentes sindicaleros, se sumaron al cargamontón y le buscaron lo que no hallaron, le acusaron de lo que no imaginó el acusado y si es que no lo lapidaron a pedradas como en otros tiempos, posiblemente haya sido, porque sintieron un poco de vergüenza ajena.
Pero no solamente fueron sus acólitos, los dirigentes del SUTEP los que le tiraron piedras, barro, bolsas con excremento, etc., también fue otro desadaptado, que oficia de CONSEJERO REGIONAL, a mucho pesar, conocido con el alias de «CARACOLERO», y no por simple referencia, sino, por la ESTAFA QUE HIZO con el cuento de la CRIANZA DE CARACOLES.
Este sujeto, se puso como el puntal de todos los ataques y agresiones contra Mirope Neira, quería a todo lugar, colocar un director de su entorno, como aquel que le dio trabajo a una de sus «amiguitas»; entonces para éste sinvergüenza, era BUEN FUNCIONARIO y lo respaldaba, lo mismo sucedió con el oportunista y arribista GONZALO LLICAN que se prestó al juego sucio y politiquero de don Jesús Coronel, sin escrúpulo alguno y sin asomo de un indicio de rubor en el rostro, tuvo que entregar el cargo a quien legítimamente le perteneció y le sigue perteneciendo.
De este hecho, que bien podría ocupar muchas páginas y grandes espacios en medios de prensa internacional, solamente nos queda subrayar algunos de los episodios más anecdóticos como aquel cuando fue sacado a empellones de su despacho, por un agresivo y maleducado educador, que ni siquiera conviene ensuciar estas páginas blancas escribiendo su nombre. Otro hecho, cuando por imperio de la ley, le reponen en su plaza la penúltima vez, sin que se haya sentado en su escritorio, le sacan una resolución aperturán dole proceso administrativo por «ruptura de relaciones», y al día siguiente otra resolución, que le suspende en sus funciones y le dejan en la nevera por trece meses (J. Coronel dixi), sin procesarlo, sin acusarlo y mucho menos sin absol berlo.
¿Porqué le dieron ese trato?
Simplemente, porque se atrevió a decir que su cargo no lo reclamaba como un favor político y que tampoco se pondría al servicio del gobernante regional de turno, como lo hicieron los que recibieron ESE FAVOR; de allí que, su retorno A PORFIA, ha de marcar un hito en la historia de la administración educativa de nuestra provincia, que por sus implicancias, le da un margen de seguridad y estabilidad a la educación de estos pueblos. Ningún cargo, ninguna acusación de las tantas que a voz en cuello le gritaron, han sido probados, le escuchamos a Mirope expresarse con serenidad cristiana, inclusive hasta con muchos deseos de perdonar a quienes se ponen la sotana para comer hostias «en nombre de Dios» y ha empezado a delinear sus estrategias truncas para la educación en esta provincia, estamos percibiendo un asentimiento por parte de quienes tienen la difícil misión de comunicar, aunque, ya no les quedaba libreto tampoco, y esperemos también que el saliente CONSEJERO, se convenza que con ponzoñas y falacias no se construye una patria nueva, al contrario, se la destruye.
¿QUIÉN ES MIROPE NEIRA?
Lo que casi no se valora, por mezquindad o por envidia es la trayectoria de Mirope Neira.
Salió del entonces caserío EL VERGEL (distrito La Coipa), cuando quedó huérfano de madre a temprana edad, llegó a vivir con un familiar en Jaén, desde los 12 años y lo primero que encontró fue un ambiente hostil, empezando por el clima en esta ciudad, muy distinto al de su terruño.
Para poder sobrevivir, tuvo que echar mano a lo que más pudo ¿Y qué podía siendo niño aún? ganarse el pan del día sirviendo a la gente que caritativamente le dieron la oportunidad de trabajar «en cualquier cosa». Hasta que decidió continuar sus estudios secundarios; pero en la sección nocturna del Colegio «Jaén de Bracamoros», donde se hizo conocer con el ahora director de este Semanario.
Lo vimos estudiar por las noches y en los días, a pleno sol, empujando su carretita para vender «los ricos helados» de la heladería «Guevara», con sus ojotas, como para nunca olvidar sus trajines, que es el camino más eficaz para probar a los valientes de espíritu indómito. Mirope Nunca se amilanó ante la adversidad, tampoco abundaremos en minucias de su azarosa adolescencia, que lo perdimos de vista, hasta que lo hallamos como dirigente sindical en San Ignacio, purgando una huelga de hambre en aras de las luchas históricas del SUTEP, de ese SUTEP que en Jaén lo vapuleó. Finalmente en Lima, en la Universidad La Cantuta, Licenciatura, Maestrías, Diplomados, y cursos de especialización permanete, hasta que alcanzó esta primera meta, que no será la última. Según repite.