Y la situación del flamante congresista awajún, considerado EL PRIMERO EN LA HISTORIA, podría venirse abajo, al comprobarse lo que el ex-candidato y ex-congresista Alfonso Maslu cán está denunciando penalmente ya.
¡NOR ORIENTE! ha puesto especial interés en este caso, por tratarse de un hecho grave y muy delicado con imprevisibles implicancias.
En primer lugar, de lo poco o mucho que pudimos indagar, resulta que, para la jibaría o aguarunía, Eduardo Nayap, es algo así como «OUTSIDER», que salió derrepente, se «enganchó» en Lima y vino de candidato por GANA PERU.
En segundo lugar, su permanencia en las comunidades nativas, es de muy poca data, apenas tres años le asignan y que más bien su prolongada ausencia en Centro América tuvo un gravísimo motivo, que por consideraciones a las etnias las obviamos.
Por encima de todo lo que se diga o pueda decirse, obtuvimos testimonios que «efectivamente, su gente pudo haberle hecho quedar mal». Es posible que por este lado se esté «agarrando» el denunciante, quedándole a Eduardo Nayap, todo el derecho de defenderse con todas las heramien tas legales a su alcance.
En tercer lugar, un dato en el que poco habíamos reparado y lo obtuvimos de «adentro»: no está plenamente identificado con sus hermanos nativos EN LA PRACTICA, pero sí en la teoría, amplios sectores lo siguen mirando con cierto recelo y al no tener otro líder por quien apostar, tendrían que respaldarlo.
Refieren que en una de sus últimas reuniones con sus hermanos nativos en Nazareth, fue poco amable y los trató con cierta indiferencia. Entre otras, lo cierto es que, a partir de esta semana, empezarán a ser citados los persone ros y presidentes de mesa contra los que están recayendo las acusaciones de haber adulterado actas y falsificado firmas, correspondiéndole al presunto agraviado Alfonso Maslucán, probar y demostrar lo que sostiene en su denuncia que ya fue judicializa da, que en la etapa preparatoria de las investigaciones por parte de la policía y fiscalía, ya se habrían detectado las evidencias y solamente quedaría CONFIRMARLAS para que el Jurado Nacional de Elecciones se encargue de retirarle el nombramiento y nos veríamos envueltos en un enorme problema de ribetes imprevisibles, puesto que, para la mayoría de electores awajún-wampis, se trataría de un acto racista discriminatorio para sacar de carrera al único representante amazónico en el Congreso.
La expectativa entre los amazónicos y no amazónicos empieza a crecer y todo apunta a que en los próximos días tendremos «novedades» de repercusiones insospechables.
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