Muy conocida por sus modales groseros y prepotentes, la que hasta hace poco fue directora del Centro de Educación Inicial Nº 097 del sector Los Incas, doña MARLENI MERA TANTA (46), cometió uno de los últimos errores de su vida, al exigirle un pago indebido de MIL SOLES a la profesora contratada Adonaida Fernández Fernández, que labora como contratada desde comienzos del presente año, refiere su víctima que enterada que fue contratada por la UGEL, desde el primer día que ingresó a laborar le exigió pago de 500 nuevos soles «si quieres quedarte aquí». Le dijo y que posteriormente empezó a pedirle MIL SOLES para que continúe, de lo contrario con sus informes pediría que la saquen para que ingrese ota. Tales eran las presiones y amenazas que no le importaba la presencia de sus alumnos y en plena aula le pedía ese dinero. Hasta que, realizó las consultas previas y se montó la estrategia con el dinero en billetes de cien soles, previamente fotocopiados, el frontis del hoispital de Essalud, sería el escenario donde le entregaría, todo, coordinado con el Fiscal Víctor Bazán Alagón, policías, periodismo incluídos y ocultos, hasta que llegó el momento de hacer la entrega y cuando contaba los billetes, le cayeron encima. El resto, es hitoria conocida, pero cuando fuimos a verificar su detención e los calabozos de la Comisaría, se refirieron como «a esa sinvergüenza», que el día jueves fue internada en el penal San Rafael para que su caso sea ventilado en el que le espera una carcelería de 8 años promedio; pero además, la correspondiente INHABILITACION y destitución, con pérdida de todos sus beneficios laborales, además del escándalo y escarnio para sus familiares. El periodismo la está tranado CON IGUALDAD DE GENERO, y no ha distinguido su condición de mujer y mamá. Sus poses agresivas y de pésimos modales la llevó hace tres años a enfrentarse a golpes con tres madres de familia de su institución educativa, a las que, aparte de haberlas agredido, las denunció ante el Juez e hizo que las sentencien y le paguen «reparación civil». Pero no solamente éso. Acudimos el miércoles último al sector Los Incas (Shililique Bajo) y la comidilla en general era el caso de esta profesora, con las consiguientes condenas y el deseo que «ojalá se pudra en la cárcel».
Aunque la UGEL aún no se ha pronunciado, y no hace falta, de hecho, que tendrá que ser borrada del escalafón y esperar se detecten otros casos como éste, que no es el único.
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