No fue
domingo 7, si no, 18 de noviembre el día en que pondrían fin a su descabellada
carrera delictiva, policías de doble moral, con una mano el orden y el pito y
con la otra el revólver para delinquir.
Aunque no sucedió por estos lugares, pero la
noticia sigue teniendo enormes repercusiones y en todos los rincones del
planeta, los diversos medios y cadenas noticiosas siguen informando de estos
nefastos hechos.
Con este episodio se confirma lo que se ha convertido en un adagio popular,
«más seguro estoy solo que al lado de un policía» y el otro que dice «donde hay
un policía, hay un delincuente». Si se recuerda un poco, cuando quisieron
instalar la sede de la Ex-XIII Región Policial en Bagua, hubo enorme rechazo y
fue su alcalde de ese entonces el señor Juan Izquierdo Montalván quien encabezó
la oposición, debido a los argumentos arriba expuestos y dicha sede tuvo que
ser instalada en Bagua Grande.
Desde luego, con las honorables excepciones de
honestos y sacrificados policías, siendo una institución TUTELAR, todos se
miran en ella y creen que sus miembros deben ser EL MODELO de servidores,
dechados de virtudes, expuestos en todo momento a llegar al heroísmo. Bueno,
eso es lo que suelen inculcarles cuando estudian; pero, de la Escuela a la
calle, HAY CONSTUMBRES que se han convertido en HÁBITOS y eso, tiene fuerza,
jala a los débiles de carácter y de escasa formación de valores en sus hogares,
son los primeros tentados por un soborno o por una «invitación» a «un
trabajito» de avezados delincuentes, que como Ud. los verá o estará enterado,
son éstos, los que utilizan diversas modalidades para «hacerse amigos» primero
de jefes policiales, después, subalterno o como caigan, lo importante para
éstos, es tener un «contacto» en las comisarías y los tienen, con toda certeza
en casi todas del país (incluyendo Jaén).
Lo que, en particular nos preocupa, es la
otra costumbre de los altos comandos PNP que estilan algo así como para
«desterrar» o castigar al mal policía,
los mandan como «castigo» a lugares muy alejados, en vez de mandarlos
fuera de la institución para limpiarla de estos malos elementos. Por ejemplo en
los tiempos que mataron al comunicador
MIGUEL PEREZ JULCA, quien lo sacó a tomar cerveza, de su casa, fue
el comandante PNP JORGE VELEZMORO que
estaba destacado en San Ignacio, pero que tenía muchos «vínculos» nada
institucionales en Jaén y eso no se investigó; dicho comandante causó una
revuelta en San Ignacio por su conducta delictiva extorsionando a propietarios
de mototaxis, se levantó el pueblo, incendiaron la comisaría y vehículos
policiales, casi lo linchan y tuvieron que sacarlo protegido y no le pasó nada.
Sus padrinos en los altos mandos, de esos que nunca faltan, lo salvaron. Idem
el Teniente Barrantes Briones que Ud. lo ve en una de nuestras publicaciones,
pasó por un remedo de proceso judicial, una temporadita en pseudo-prisión y ha
de seguir haciendo de las suyas. Así como estos ¿Cuántos más?...
Indudablemente, estamos ante un gravísimo
resquebrajamiento TOTAL de la moral pública. Algo grave está sucediendo en la
selección de postulantes a las escuelas policiales. Los resultados están a la
vista.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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