Tiene toda la razón la
madre del niño que fue muerto por el disparo de un agente del serenazgo cuando
dice: por el alcalde de Jaén:«DUDO que
haya sido criado en un hogar con valores». Definitivamente, TIENE TODA LA RAZÓN
y los actos del alcalde CONFIRMAN su catadura moral formado y forjado en un
hogar donde ha prevalecido la ignorancia que fue sustituída por el interés
material y como se estila en muchas
familias: una Biblia y una religión para sentirse limpios de tanta cochinada
almacenada en el alma. Eso es lo que ha querido decirle la Ing. Yessenia Tejedo
a quien fue su profesor en la Universidad y lo peor es que Satanás no se quema
solo, arrastra a muchos y como ven, Ananías tiene sus «fans», empezando por la
regidora que le sopla a las orejas en algunas reuniones y otros que antes de
votar en las sesiones de Concejo, le miran la cara para saber si está conforme
EL JEFE.
Estos miserables son los que junto a su JEFE
pretenden INDEMNIZAR al agente que mató
al niño y están pagando (con nuestra plata) abogado para que lo libere de la
cárcel provisional.
Todo esto, como que estuviéramos en otro
planeta, suena y se palpa como algo totalmente absurdo, tan incomprensible aún,
cuando en ese grupo de regidores de los que se arrodillan ante el acalde hay
personas supuestamente cristianas, que también van a misa o a sus cultos
evangélicos ¡Diablos! Nos parece que perdieron su brújula o es que la tienen
invertida con el sur al Norte. Otra explicación sería difícil hallar. Peor aún
cuando el prontuariado JEFE DE SEGURIDAD alega que «como están amenazados,
tienen que portar sus armas para defenderse». Si con esa mentalidad pensáramos
todos, habría que tener un arsenal de armas porque la amenaza no solamente es
contra los agentes del serenazgo si no, CONTRA TODOS los que transitamos por
las calles.
Felicitamos a los CUATRO VALIENTES REGIDORES
por haber trazado la raya que separa a los inmorales que defienden delincuentes
con los que defienden la vida de las personas, estos cuatro, son: Jhony
Velásquez Tello, Doris Cayatopa Jara, María Vila Benites y Luis Abad Arriaga.
El resto seguirán quedando como la escoria moral que afrenta, avergüenza y
denigra la honra de los jaeneses, a quienes la sociedad tiene que señalarlos
como los otros verdugos que elegimos sin saber lo que llevaban por dentro.
Ojalá el Poder Judicial, salve esta
aberración.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente: EL
DIRECTOR
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