Trataremos de refrescar
nuestras memorias recordando por ejemplo, cuando en la década de los 60, ser
alcalde era una forma de servicio cívico. No había el interés excesivo por
llegar al sillón municipal como ahora. Pero desde que a estos cargos se les
puso sueldo, mejor dicho un costo o un precio, vea Ud. cómo se desesperan para
ser gobernantes locales, hasta se matan.
Si partimos del concepto frío de la palabra
DEMOCRACIA, el diccionario de la Real Academia la define como «Doctrina
política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno» Otra:
«Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado». En ninguna
parte ni siquiera insinúa que en estados
democráticos hay que invertir para llegar a gobernar un pueblo.
Pero, este remedo de democracia está
llegando a extremos exagerados, casi ilegales, por tanto, delictuosos. Pues los
INVERSIONISTAS, buscan sus socios, dejando muy lejos a los conceptos o valores
cívicos para convertirse en verdaderos empresarios o negociantes. Anomalía que
se nota mucho más, cuando ahora los vemos disputarse los gobiernos de centros
poblados o alcaldes delegados. Vean o escuchen el enorme despliegue publicitario,
muy preocupante, si se piensa en lo que harán o quieren hacer.
Todas estas formas mercantilistas le quitan
su esencia al significado de la democracia para transformarla en un remedo
democrático que trae consigo todos los vicios y malestares que los mismos
interesados en gobernar, se enredan y nos están llevando al despeñadero; porque
si hablamos de INSEGURIDADES CIUDADANAS, delitos y delincuentes, miren allí
nomás que todo esto empieza en el instante mismo que los mercantilistas deciden
invertir para gobernar. Para lanzar estas afirmaciones, no se necesita ser
adivino, analista, politólogo y demás etcéteras; es la misma realidad desnuda
la que nos está mostrando estas vergüenzas cívicas.
Salvo mejor
parecer...
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