Muy al margen de lo que hayan resuelto los jueces superiores (encargados-no titulares) absolviendo a los acusados de la masacre que le propinaron al ciudadano WILLIAM LOZANO CHILCÓN, merece especial atención, que ha de expresarse en negrita, con letras subrayadas y resaltadas con plumón, para entender de cómo la imagen del PODER JUDICIAL DE JAEN, ha sido embarrada de la peor manera, con los candentes calificativos que propaló por muchos medios el abogado limeño MARIO CAMA CHO PERLA, a quien por ahora no le mencionamos sus pergaminos que exhibe, pero sí, resaltamos sus iras producto de la impotencia, que no solamente es la suya; porque encarna la de muchos justicia bles que sin tener un abogado «Camacho Perla»; maldicen también a los jueces que defendieron lo indefendible.
William Lozano Chilcón fue brutalmente agredido y masacrado por cuatro policías que lejos de llevarlo a la comisaría lo secuestraron en otro lugar para seguir golpeándolo, contra toda proclama que «que a la policía se la respeta», cuando estos mismos la quebraron y ¿quien va a respetar a policías que actúan como delincuentes?
Más de un año le ha durado el proceso de tratamiento y aún no se recupera el agredido y como es usual, ante los tribunales en el banquillo los más sanguinarios criminales dicen ser inocentes. Pere allí están las pruebas y por sobre todo, está el voto EN DISCORDIA del Presidente del Tribunal Dr. OSWALDO WALTER PISFIL CAPUÑAY, que es el que precisamente los condena a sus colegas ESPINOZA POLO Y FREDY PINEDA RIOS. Realmente condenables y por culpa de éstos, ha sido manchada pestilente mente la imagen de todo el poder judicial de Jaén. Camacho Perla les dijo, entre otras: que procedieron con una actitud prevaricadora, que no tienen una formación ética, moral ni académica, que deshordan la imagen del poder judicial y que los denunciará en Lima ante el CNM.
Esto, en resumen de todo lo que les dijo, en varios medios de prensa radial y escrito, en los que no solamente defendió a William Lozano, si no que hizo añicos la conducta de los dos jueces que favorecieron a los acusados.
Hasta el cierre de la presente, los «JUECES PRE VARICADORES» mantenían su mutismo, como señal inequívoca que no tienen argumentos para refutar, empezando por su propio presidente que los dejó en ridículo.
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